Hushovd se convierte en D'Artagnan y gana el combate a Freire

Ciclismo | Tour de Francia

Hushovd se convierte en D'Artagnan y gana el combate a Freire

Hushovd se convierte en D'Artagnan y gana el combate a Freire

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El suizo Fabian Cancellara conserva un día más el maillot amarillo de líder.

El noruego Thor Hushovd, del Credit Agricole, se apuntó con un poderoso esprint la cuarta etapa del Tour de Francia, la que unía a través de 193 kilómetros las localidades de Villers Cotterets y Joigny, en otra etapa de diseño con escapada consentida y llegada masiva en la que el suizo Fabian Cancellara mantuvo el maillot amarillo sin sobresalto alguno.

Hushovd, de 29 años, firmó su quinta victoria individual en el Tour con un despliegue de potencia en la recta de llegada que no había podido exhibir esta temporada por culpa de enfermedades y lesiones que le han hecho la vida imposible y que le obligaron a retirarse en el Giro de Italia.

En la inédita llegada de Joigny, el maillot verde del Tour 2005 volvió a levantar los brazos al cielo, esta vez por delante del surafricano Robert Hunter (Barloworld) y del español Oscar Freire (Rabobank), de nuevo entre los grandes a pesar de sus insistentes molestias derivadas de un forúnculo. Zabel se conformó con la cuarta plaza y Tom Boonen, en mala racha, con la octava.

Desde el hogar de Dumas

La etapa que amaneció en la localidad natal de Alejandro Dumas, autor de los Tres Mosqueteros y el Conde de Monte Cristo, fue casi un calco de la anterior, pero algo más animada de ritmo. Marcó una media de 41,7 kms/hora, lejos de la siesta a 35 de promedio que se regaló el pelotón camino de Compiegne. Pero en definitiva sirvió para arrancar otra hoja del calendario y mantener en el liderato al suizo Fabian Cancellara (CSC) por cuarto día consecutivo.

Hushovd dio un tajo a la general y saltó del noveno al segundo lugar, a 29 segundos de Cancellara. El alemán Andras Kloden guardó la tercera plaza a 33 segundos y el primer español, Mikel Astarloza, asoma undécimo a 49. Los favoritos, agazapados. Ya falta menos para los Alpes.

Los tres mosqueteros se convirtieron en cinco valientes que desafiaron al asfalto a través de las regiones de Champagne y Borgoña, donde el aroma de sus caldos parecieron estimular el ímpetu de los aventureros y la calma del pelotón, decidido a vivir otro día de descanso activo, sin agobios, con proyecto de gastar fuerza solo al final.

Desenfundaron sus armas en el kilómetro 30 los españoles Juan Antonio Flecha (Rabobank) y Gorka Verdugo (Euskaltel), los franceses Sylvain Chavanel (Cofidis) y Matthieu Sprick (Bouygues) y el alemán Christian Knees (Milram). El mejor clasificado, Chavanel, doble campeón de Francia de contrarreloj, era el más peligroso en la general a 56 segundos de Cancellara, por lo que tampoco podía echarse a dormir el CSC del líder.

Zandio tiene que volver a casa

El grupo, en el que ya faltaba el español Xavier Zandio (Caisse D''Epargne), no permitió que la fuga, compuesta por buenos rodadores, superase en momento alguno los 4 minutos.

Se instaló el control entre la marabunta, a expensas de escuchar la alarma de los equipos de los esprinters para reducir a los animadores de la jornada, buenos rodadores ellos, incluso con experiencia en ganar etapas en el Tour, como Flecha, con libertad para buscar su momento sin perjudicar a Freire, quien sigue sufriendo los rigores de un forúnculo.

A 8 kilómetros de Joigny, con sus murallas al fondo alegrando la vista, fueron alcanzados Verdugo, Sprick y Chavanel. Apenas mil metros después Flecha y Knees se dieron la mano en un gesto de despedida, que simbolizaba el final de una efímera y ambiciosa historia deportiva que acabó en pura anécdota. Una marea multicolor les pasó como si de señales de tráfico se tratara.

La otra etapa, la de verdad, ofrecía un escenario de lucha por coger las primeras plazas. Ningún equipo desde el Fassa Bortolo de Petacchi ha instaurado su poder como aquel implacable tren azul italiano. Los hombres del Quick Step abrían sitio a Boonen, los Lampre llevaban a Napolitano, el Predictor animaba a McEwen, pero a veces se lleva el premio algún lobo solitario.

Y allí que apareció Hushovd, en el momento de locura supersónica, convertido en D''Artagnan, poderoso y preciso en el combate. Agarró la posición con vistas a la raya de meta, arrancó y allí se acabó el combate. Una victoria lo cura todo. El fajador noruego recuperó la sonrisa.

El primer perfil ondulado se presenta en la quinta etapa que unirá las localidades de Chablis y Autun, de 182,5 kilómetros. En el recorrido hay cuatro cotas de cuarta categoría, tres de tercera y una de segunda, el Col de Haut Folin, de 12,9 kilómetros al 3,7 por ciento de pendiente media. Puede prosperar una escapada.