A Carlos Moyá no le intimidará jugar contra su amigo Rafael Nadal en cuartos de final de Roland Garros, porque le conoce y porque entre ellos hay un "factor emocional" que influirá en el partido.

"Entre Rafa y yo hay menos diferencia de lo que indica la clasificación, porque hay un factor emocional y porque nos

conocemos", aseguró Moyá, favorito 23, al término del encuentro en el que logró el pase a cuartos de final frente al sueco Jonas Bjorkman, por 7-6 (5), 6-2, 7-5.

Moyá reconoció que "otros tenistas salen contra Nadal con mucho respeto, porque le ven hacer esos saltitos en el calentamiento", pero señaló que para él "es menos intimidatorio" porque le conoce.

Ilusión

"Contra Rafa lo que me da ilusión es que hemos jugado en varias ocasiones y le he ganado dos veces, y las ultimas que me ha ganado han sido duras, a tres sets", comentó Moyá, quien indicó que no saldrá "perdido" a la pista, sino a "disfrutar en la central jugando contra él".

Ambos tenistas mallorquines se han medido en cinco ocasiones, con tres victorias para Nadal. El jugador bromeó al decir que en la pista "no hay amigos, sino rivales", porque los contrincantes "quieren quitarte el dinero y los puntos y eso no lo hacen los amigos".

"No creo que sea un mentor para él (...) No sé si ha aprendido algo de mí, pero si lo ha hecho, ha sacado mejores enseñanzas que yo", afirmó.

Amigos

Moyá, amigo personal de Nadal, confesó que no se esperaba la rápida progresión inicial del ganador de los dos últimos Roland Garros, pero señaló que ahora no le sorprende nada de lo que haga su compatriota.

"El punto de inflexión lo dio en la final de la Copa Davis" de 2004, en la que los capitanes españoles emparejaron a Nadal contra Andy Roddick, afirmó.

"Ahí sacó la bestia que lleva dentro, el instinto animal, en un partido en el que había mucha presión por la decisión de los capitanes. Ahí empezó su explosión, sacó todo lo que lleva dentro", dijo.

Con 30 años, Moyá es el tenista más veterano de los cuartos de final de Roland Garros, un hecho que el español afronta con "orgullo".

"Soy el más mayor, no me gusta decir el más viejo, y eso quiere decir que he sabido adaptarme a los tiempos, que mi tenis sigue siendo válido para jugar con los chicos de ahora", aseguró.

Reconoció que pasó un bache en su juego precisamente tras la temporada 2004, cuando contribuyó a la victoria en la Davis y sintió que le faltaban objetivos.

"Me sentí un poco vacío", comentó el mallorquín, que señaló que en aquellos años también modificó su revés y empeoró el resto de los puntos fuertes de su juego de saque y derecha.

"Perdí equilibrio en mi tenis, pero en los últimos años he intentado volver, porque creo que tengo algo que dar al tenis. Tengo una nueva oportunidad volviendo a mi esquema de juego pero con el revés mejorado", afirmó.

Veterano

Moyá siente que ha perdido algo de explosividad, pero asegura sentirse bien físicamente y que recupera pronto después de los partidos.

A diferencia de hace diez años, cuando ganó el Grand Slam de tierra batida, Moyá no siente presión porque entonces venía como uno de los favoritos y ahora nadie le coloca como candidato al título.

"Todos hablan de Nadal y Federer y los demás intentamos avanzar. Yo estoy en cuartos y veremos lo que pasa ahora, sobre todo cuando no hablan tanto de mi. En cierta manera eso ayuda", aseguró.

"A diferencia de 1998, cuando gané el torneo, ahora trato de disfrutar más, sé que son mis últimos años en el tenis de alto nivel y quiero aprovecharlos. Sé que no tendré muchas más posibilidades de volver a París", indicó.