El español Juan Manuel Gárate, del Quick Step, se hizo con la victoria en la décimo novena etapa del Giro que discurrió entre Pordenone y Passo di san Pellegrino sobre 224 kilómetros y que completó en siete horas, 13 minutos y 35 segundos.
Gárate dio al ciclismo español la segunda victoria en el Giro, después de la conseguida por Joan Horrach en la duodécima etapa que finalizó en Sestri Levante, y que significa un soplo de aire fresco dentro de la tormenta que azota al ciclismo español envuelto en denuncias y sospechas de dopaje.
El campeón de España se impuso a su compañero de escapada, el alemán Jens Voigt, que no disputó el triunfo de etapa, en la que era la primera jornada de los Dolomitas y que puso a prueba a los ciclistas antes de que mañana visiten uno de los escenarios míticos de la ronda transalpina, el Mortirolo.
Una victoria de prestigio y que llegó después de que los ciclistas estuviesen por espacio de más de siete horas sobre las bicicletas y que tuvieran que superar los altos de La Staulanza, la Marmolada, Pordoci, y el Passo del Pellegrino donde estaba ubicada la línea de meta.
Ullrich dice adiós
Un esfuerzo excesivo para algunos de los favoritos como es el caso del alemán Jan Ullrich más centrado en el Tour, que se ha convertido en su gran objetivo de la temporada, lo que le llevó al abandono antes de cruzar la línea de meta.
La jornada recompensó a un Gárate que en las jornadas alpinas se había mostrado combativo y había probado fortuna en varias ocasiones. El español del Quick Step quedó integrado en una fuga en donde también se encontraban nombres como los de Vila, Coapio, Savoldelli, Di Luca, Gárate o Vogts.
Una subida final donde Gárate se mostró más fuerte y en donde únicamente Voigt consiguió seguirle. Mientras que por atrás se jugaba una de las últimas batallas por la general. Gilberto Simoni quemaba las últimas naves para escalar posiciones en la general.
Una clasificación en donde el hombre del Saunier Duval ocupa la tercera posición en pos de Quique Gutiérrez, pero el español del Phonak respondió nuevamente a las expectativas. Mantuvo el tipo hasta un último ataque a falta de cinco kilómetros.
Simoni abordaba el segundo puesto de la general y de paso intentaba poner a prueba al líder, Ivan Basso. Ninguno de sus dos objetivos se cumplieron, porque aunque Gutiérrez cedió, llegó a 25 segundos, no lo suficiente para que el italiano descontara los casi cinco minutos de desventaja que lleva en la clasificación.
También se encontró con un Basso intratable, que nunca pareció pasar apuros para seguir su rueda y que distanció un poco más a sus rivales en un Giro ya sentenciado.
