El presidente de la Liga Portuguesa de Fútbol Profesional (LPFP), Valentim Loureiro, pasó su segunda noche en prisión y hoy será conducido ante la jueza Ana Claudia Nogueira, del Tribunal de Gondomar, como sospechoso de tráfico de influencias en el arbitraje y falsificación de documentos. La mega-operación policial, conocida como Silbato dorado y llevada a cabo en la madrugada del martes ha supuesto la detención de 16 personas, entre ellas el presidente y vicepresidente del Consejo de Arbitraje de la Federación Portuguesa de Fútbol, Pinto de Sousa y Antonio Henriques. Hasta ahora, sólo han sido puestos en libertad condicional Carlos Manuel Silva, vocal de los árbitros, y Paulo Torrao, director de informática de la Federación Portuguesa de Fútbol.

En esta investigación, iniciada hace casi un año, han sido registradas más de sesenta casas y las oficinas del Sporting Clube de Braga. Además, 23 agentes de la Policía pasaron todo el martes en las instalaciones de la Federación Portuguesa de Fútbol en busca de documentos relacionados con el sector del arbitraje. Dichas investigaciones están centradas en el club Gondomar, primer clasificado de la zona norte de la Segunda División II. Una localidad muy próxima a Oporto y cuyo alcalde es Valentim Loureiro que ya fue el máximo mandatario del Boavista, equipo de Primera, cargo que ocupa ahora su hijo. En el proceso aparecen también documentos relacionados con el club de Vila Nova de Gaia, los Dragões Sandinenses, que está en la tabla por detrás del Gondomar y que curiosamente se enfrentan este fin de semana.