La grada se alborota en la última sesión

Tenis | Masters Madrid

La grada se alborota en la última sesión

La grada se alborota en la última sesión

El público de la jornada matinal y el de la verpertina confluyeron en las gradas del Rockódromo de la Casa de Campo.

La falta de previsión organizativa ante inesperadas eventualidades provocó un alboroto en las gradas en los compases iniciales del último encuentro de los cuartos de final del Masters Series de Madrid, que disputan el español Feliciano López y el suizo Roger Federer, tercer favorito.

La inesperada extensión del duelo entre el chileno Nicolas Massú y el argentino Juan Ignacio Chela, casi tres horas, incluido en el segundo turno del orden de juego, redujo el margen de maniobra y llevó la improvisación a los organizadores, más preocupados de que la sesión nocturna que comienza a las 19.30 horas comenzara en el momento fijado que de acomodar al público y llevar un desarrollo normal tanto a las gradas como a la pista de juego.

A pesar de que Juan Carlos Ferrero despachó por la vía rápida (6-4 y 6-2 en poco más de una hora de juego) al tailandés Paradorm Srichaphan, las sesiones vespertina y nocturna de la quinta jornada se comprimieron inevitablemente.

Quince minutos antes del inicio del duelo entre López y Federer las gradas de la pista central del Rockódromo de la Casa de Campo todavía no estaban desalojadas totalmente del público que había presentado el encuentro anterior.

Los aficionados con localidad para este partido todavía no habían entrado al recinto. Esperaban en la calle a que las puertas se abrieran para acceder a los asientos de la pista. Sin embargo, en lugar de aplazar durante un tiempo el inicio del encuentro y organizar el acoplamiento del público en sus localidades, los tenistas saltaron a la cancha a la hora fijada. Con las gradas casi vacías y la gente instalándose precipitadamente.

Picaresca en la grada

La situación, además, propició la picaresca. Los espectadores que habían presenciado el encuentro anterior y sin localidad para la sesión nocturna, en lugar de abandonar el recinto, se mantuvieron en los alrededores de las puertas de acceso y regresaron a la pista central una vez iniciado el encuentro.

El alboroto llegó con la confluencia del público de ambos turnos. Unos porque no se querían marchar y otros porque querían desalojar a los que, irregularmente, ocupaban el asiento. Mientras, Federer y López se batían por un puesto en las semifinales.

Durante los primeros juegos, los intercambios de lado de los tenistas se extendieron más de lo habitual. El público protestó airadamente ante el caos que invadió el arranque del espectáculo. Los jugadores se mostraron desorientados. Incapaces de encontrar la concentración para el partido por el bullicio en las gradas.

Incluso, el juez árbitro, el marroquí Mohamed Lahyani, reclamó la asistencia de los tenistas para buscar la calma. Transcurridos los primeros juegos y con el público instalado, el partido recuperó el transcurrir habitual.