Hace una semana, el Celta se enfrentaba al Milán en el partido más importante de la historia del club. Y tan sólo una semana después se encuentra, si no ante el más importante de su historia, sí ante un choque que podría marcar la temporada. Y es que esta noche debutan en la Copa, esa competición que tanto gusta a los más modestos y que parece incomodar a los grandes, excepto cuando la ganan, por lo que implica de esfuerzo extra.

Llega una competición especialmente ilusionante para el celtismo, pero que ha quedado ensombrecida por el glamour de la Champions y porque ser ha convertido en gafe en los dos últimos años (Salamanca y Numancia, verdugos, y las finales perdidas). Es un choque en el que los vigueses deben despejar dudas. De no ser así, comenzarían las preocupaciones. En Liga no van bien y no se vive de la Champions, así de simple, aunque hasta el momento no hayan dado muchas muestras de haber captado el mensaje.

Claro que no es su mejor momento. Milosevic y Mostovoi (¿no estaba lesionado?) se han ido con sus selecciones; Edu y Jesuli siguen lesionados y podrían caerse hoy Catanha y Berizzo. Las ausencias se concentran en el ataque, lo que da la alternativa a Nacho Franco, que ya eliminó al Pontevedra el año pasado con el Lanzarote. En el banquillo sólo habrá un jugador ofensivo, quizás también del filial. Las tres competiciones y la falta de fichajes han creado este Celta en cuadro que ha de medirse en ganas y actitud a un Pontevedra que sueña con dar la campanada.

Catanha: "Es arriesgado jugar"

Catanha sigue entre algodones y hasta esta mañana no se decidirá si viaja o no a Pontevedra. El técnico desea recuperarle aunque sin posibilidades de ser titular, pero el delantero brasileño no quiere arriesgar: "Sólo estoy al 40 por ciento. Creo que es muy pronto. Tengo ganas de jugar, pero necesito seguir trabajando durante la semana para tener más confianza. El míster quiere que esté, y a mí me gustaría, pero sería arriesgado".