No se vistió de amarillo en su tierra, en Santander, pero lo ha compensado con creces con su exhibición en la crono en Zaragoza. Ha dejado por detrás a Aitor, Igor, Casero y a David Millar, el mejor contrarrelojista del mundo. Nozal no sólo no ha perdido el jersey oro, sino que ha aumentado diferencias en la general.
Nozal ha volado. El cántabro de la ONCE ha marcado los mejores tiempos en los tres puntos intermedios y ha parado el crono en un magnífico 53:34, a 1'20" de Millar, a 1'37" de Igor y a 1'41" de Aitor González.
No estaba entre los favoritos, pero es un buen especialista en la lucha contra el crono (este año ganó la contrarreloj de Alcobendas). Ha dado la sorpresa, ha rodado como una locomotora y ha reforzado su liderato en la general.
Pero el chaval es tan humilde que reconoce que "no voy a luchar para ganar la Vuelta, sino para ayudar a Igor a ganarla". Y es que la ONCE tenía preparada esta crono para que ganara Igor, pero no es que no haya estado a la altura, sino que Isidro se ha salido. No hay palabras.
Sevilla está a 7'25" en la general
La crono por las calles de Zaragoza era una buena oportunidad para sacar tiempo para afrontar con garantías la triple jornada de los Pirineos. Pero el tiempo de Heras, Manolo Beltrán y Mancebo (bravo por los españoles) ha sido mejor del esperado y no se han abierto tantos huecos como se esperaba entre contrarrelojistas y escaladores.
Quizá no se sepa quién pueda ganar la Vuelta (apunten entre sus favoritos a Nozal), pero sí quién la ha perdido. Óscar Sevilla ha afrontado la crono con muchísimos problemas físicos y ya está a 7'25" en la general. Pero hay que aplaudir al del Kelme por su esfuerzo.
Los que tampoco han brillado, en un terreno que a priori les es favorable, han sido Aitor y Casero. El flamante ganador de la pasada edición de la Vuelta ha perdido 1'41" y Casero, 2'25".
Este viernes, la primera gran cita con la montaña. 190 kilómetros entre Huesca y Cauterets (Francia) y con final en alto. Llegan los Pirineos. Heras y los Banestos tienen mucho que decir. Pero la ONCE no quiere perder comba.
