Cumple un mes en el Betis. ¿Esperaba tener la situación de privilegio que vive ahora mismo cuando llegó?

No me puedo quejar. Llegué con unas expectativas dudosas porque la gente me preguntaba: ‘¿Cómo te vas a ir al Betis? Si allí vas a tener una competencia tremenda’.

Pero es que era verdad.

Es lo que pretendía y no la temía. Me preocupó incorporarme 10 días más tarde. Pero me adapté bien. Doy las gracias a mis compañeros.

Usted conoció en el Madrid la amargura del banquillo y arriesgó sabiendo que lucharía con Prats.

Para ser ambicioso en la vida hay que tener retos.

Supongo que habrá reflexionado sobre su carrera. Cuando salió del Real parecía que iniciaba la cuesta abajo y sólo ha encontrado alegrías.

Dejaré claro que Málaga no era estar abajo, no fue el valle de la ola para mí, sino el sitio que me ha ayudado a estar en la cresta. Alcanzamos cotas desconocidas. Otra cosa es que el Betis, por número de socios y jugadores, deba ser más ambicioso. Aquí se puede luchar por títulos. Allí con poco hicimos mucho.

Tiene a la afición en el bolsillo desde el primer día. ¿Se cansó el beticismo de ver la misma cara?

Quiero pensar que es el reconocimiento a la trayectoria de un futbolista, que ha hecho buenas cosas en otro club andaluz, y que prefirió el Betis a otras propuestas.

¿Y se pone en la piel de Prats?

No sé lo que piensa él, pero lo he vivido y es una situación frustrante. No quisiera que me sucediese otra vez. Es lo que tiene ser portero, pero estoy tan enamorado de mi puesto que, aun sabiendo lo mal que se pasa, si tuve una vida anterior fui portero y si tuviese 10 más lo sería también. No sé qué haré el día que no pueda darme barrigazos por el suelo. No sé hacer otra cosa.

¿Y cómo convive con él?

Trabajar con Toni es un placer, aunque cada uno tiene su forma de ser. No hemos empezado a jugar ayer al fútbol. Sabemos por qué luchamos.

Prats llevaba siete años en el puesto. Parecía perpetuarse. ¿Se siente un revolucionario?

No he llegado en plan revolucionario. He venido a hacer lo mío, no a joder al que tengo al lado.

¿Siente el peso de no poder fallar? Esa tensión no existía en Málaga

No tengo ninguna presión, te la pones tú. Yo ya me autoimpuse hace tiempo no acomodarme.

Del estilo Peiró a Víctor....

El día a día es distinto. Peiró no era tan activo y Víctor está más encima y juega más ofensivo. Estoy acostumbrado a jugar así desde mi época en el Madrid.

¿Es tan especial Sevilla?

Sobre todo en la calle. No hay una ciudad en España con tanta rivalidad. No es lo que viví en Madrid; es mucho más. Cada lunes hay mil chistes nuevos para putear al vecino, al amigo o al que sea. Hay mucha guasa.

Ya le habrán hablado del derby

Sí. En cuanto conocí la estadística que tenemos se me ha inflado el globo de la ansiedad. Quiero que llegue ese día para cambiar la historia.

Convivió cuatro años con Darío en Málaga. ¿No cree que le falla la memoria cuando critica tanto al club que le puso en el escaparate?

Pues seguramente, pero Darío es como es y tendrá sus razones. Desde luego, a mí Málaga nunca se me olvidará. Se me quedará grabado. Y agradezco todo lo que me dio.