Se ha reabierto un viejo debate en el Betis. ¿Falta agresividad? La culpa la ha tenido Lopo, o mejor, la ligereza con que los verdiblancos se tomaron la última falta en el descuento del partido ante el Espanyol. Pero lo dicho: viene de lejos. Repasen la hemeroteca: trigésimo primera jornada de la temporada pasada. El Betis cae 3-1 en San Mamés después de mostrar una preocupante fragilidad en las jugadas a balón parado. Víctor explota: "Lo que más me preocupa es la falta de tensión". No era la primera vez. El curso anterior, el Betis se dejó empatar (o remontar) hasta 11 partidos. Se recuerdan dos situaciones análogas a las vividas el miércoles en el Ruiz de Lopera: ante el Alavés, cuando Turiel empató en el minuto 94 después de un balón bombeado, y contra el Espanyol (vaya gafe), que sacó otro punto sobre la bocina con un tanto de Domoraud. Y Víctor, que lleva desde el 25 de julio hablando con sus futbolistas (en Montecastillo y Sevilla) de la agresividad en las jugadas a balón parado y la concentración en los últimos minutos, pensó que lo que ocurrió en el final del partido del Olímpico de Roma era sólo un accidente inflado por una descarado empujón arbitral. Pero resulta que no, que se ha repetido. Y quiere atajarlo porque puede hacerle mucho daño a su equipo.

Por eso, el técnico maño reunió a sus jugadores a primera hora de ayer en la Ciudad Deportiva e hizo terapia de grupo. Les exigió (siempre respetando las buenas formas) que no vuelvan a repetirse episodios como los del miércoles, cuando los futbolistas parecían más preocupados por protestar la falta que dio origen al empate que por defenderla. Víctor les hizo ver que partidos así tiran al traste la temporada. La plantilla lo asume. Y da la cara el capitán. Ito hizo autocrítica: "Por desgracia, nos volvió a pasar otra vez lo mismo. Es una asignatura que debemos mejorar porque la ley del fútbol nos ha vuelto a enseñar que si perdonamos lo acabamos pagando. La desilusión que nos llevamos ante el Espanyol fue impresionante. Tuvimos ocasiones claras y no las materializamos. Nunca matamos el partido. Y en ese sentido es preocupante y te da que pensar. Lo que nos pasa es un cúmulo de circunstancias: nos relajamos porque vemos que el rival no hace daño, perdemos la concentración y al final te hacen daño. Hay que estar mentalizado y no jugar con el resultado porque ante el Espanyol tuvimos dos contragolpes para decidir y al final nos empataron".

La agresividad. Ito negó que al equipo le falte espíritu: "No considero que seamos un equipo blandito Lo que hay que hacer es mentalizarse para que esto no vuelva a suceder en adelante". Pues eso es lo que les pidió ayer Víctor, atormentado cuando empieza a recordar imágenes del año pasado y ve a Turiel empatando en el descuento o a Colsa o Urzaiz rematando a placer sin oposición. Es el eterno debate del Betis.