AlonSenna

Fórmula 1 | GP de Malaisia

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reuters

El asturiano consigue en Malaisia el primer podio español en la era moderna de la F-1 y lo hace con 39º de fiebre y problemas en el cambio de su Renault

Con 39 de fiebre y una avería en el cambio, Fernando Alonso se convirtió en el primer español que se sube al podio en la era moderna de la F-1. En dos carreras ya es el piloto nacional con más puntos de siempre (8). "Es la leche tío, la leche. Un podio. Verme ahí como Schumacher o Coulthard. Y en mi segunda carrera con Renault. Es increíble". Sus palabras una hora después del mejor gran premio de su vida. Tercero, sí, tercero, como ningún español antes. Estamos solos en el cuarto donde se cambia, en la parte más inaccesible del box de Renault. Huele a gimnasio y a medicina. Acaba un largo día de aspirinas, cama, sudor y épica. No ha llorado, pero los ojos le brillan de emoción.

Una gesta lograda con 39º de fiebre, sin la quinta marcha del coche y luchando con un Ferrari (Barrichello, segundo) y un McLaren (Raikkonen, primero). Ralf Schumacher no se le ha acercado. A su hermano mayor ni le ha visto. Con 130 CV menos que el Ferrari de Rubinho esto es todo un triunfo. Nano entra en meta como si tal fuera, levantando los brazos con mucha más alegría que el finlandés ganador. No era para menos, después de veinte vueltas finales que fueron una tortura. Entre el dolor de cabeza, riñones y piernas y la avería de la transmisión. Tenía que cambiar manualmente. Como hace dos años con Minardi. Faltaba la quinta y debía cambiar como un taxista para que no se rompiera. Fiesta en Oviedo. Le cuesta salir del coche, se tambalea. ¡Fernando no te rindas! Como los héroes de película se recupera para bañarse de gloria.

Lo mejor de la carrera fueron las primeras vueltas al estilo campeón. Fernando salió desde la pole como un cohete, casi se pasa de frenada en la primera curva, pero sigue adelante mientras Schumi monta una melé al tocar a Jarno Trulli. En ella caen Montoya (12º final) y Pizzonia entre otros. Con dos vueltas rápidas y una exhibición de pilotaje (humaredas blancas en la frenadas incluidas) se marcha del pelotón. Coulthard abandona y tras él sólo queda Raikkonen. Lleva el coche ganador en Australia. El duelo de tiempos entre las dos promesas es impresionante. A la décima. Poco a poco, el McLaren se impone al Renault. Pero Alonso llega líder al primer repostaje. El segundo juego de ruedas no es bueno y esta vez el que llega es Barrichello, pero es incapaz de adelantarle en otra demostración de arrojo.

El resultado: primer podio de la era Alonso. Con pole incluida. El Rey le llama para felicitarle. Su abuela presume de nieto. El Marqués de Portago, segundo compartido en Gran Bretaña 56, sonríe desde el cielo. Nano, ocho puntos en dos carreras, ya es el mejor español de la historia. Senna o Schumacher no llegaron tan alto con sólo 21 años.