Casi dos meses necesitó el Terrassa para apuntarse la primera victoria del 2003. Lo hizo ante el Polideportivo Ejido, en un gran partido, y perdiendo la costumbre de tantos empates inútiles. El equipo almeriense, por debajo de su nivel habitual y con excesiva contundencia en sus acciones, no tuvo pegada y quedó casi inédito en el remate, en un partido muy oscuro de sus rematadores Sabino y Mazzoni.

El Terrassa llevó más tiempo la iniciativa en el primer período, intentando eludir las fuertes entradas de un Poli que salió con mucha agresividad. El equipo andaluz quería jugar a la contra, pero no encontraba huecos ante un Terrassa bien posicionado. Su única ocasión fue un centro de Luis Gil, con remate de José que desvió Morales. El Terrassa tuvo oportunidades a cargo de Keko y Jubera, pero sin concretarse.

Expiraba ya el primer tiempo cuando un despeje de la defensa del Ejido llegó hasta Santi Asensio y éste empalma tal como le viene el balón y bate a Kike con un disparo muy preciso.

En la reanudación, el Poli perdió agresividad y quiso jugar por las bandas, buscando casi siempre a Luis Gil. Ganó con la entrada de David Prats, que tuvo una presencia inquietante en la zaga egarense, pero su entrada coincidió con el segundo gol del Terrassa, tras un centro de Besora y remate de cabeza de Keko que supera a Kike.

El Terrassa administró entonces su ventaja con oficio y sabiduría e intentando muy tímidamente alguna contra. Pero lo mejor del equipo de Álvarez fue su trabajo defensivo, con un gran partido de Héctor y de Capó y su capacidad para aguantar las embestidas de un Poli desdibujado.