"Si me llamase el Barça, iría en AVE"

Entrevista Bernd Schuster

"Si me llamase el Barça, iría en AVE"

"Si me llamase el Barça, iría en AVE"

jorge arroyo

Schuster tiene a su Xerez en puestos de ascenso a Primera. Pero el rabillo del ojo está atento a la crisis del Barça, donde hizo época durante siete campañas.

Con lo que fue usted como jugador, ¿ahora se siente entrenador de Primera o de Segunda?

Me siento entrenador sobre todo. Si soy de Primera hay que verlo, a ver si me toca serlo para ver cómo sale, pero creo que no tendría problemas para llevar a un equipo de la máxima categoría. Creo que tendré que trabajar igual.

Su nombre suena ya como sustituto de Louis Van Gaal. ¿Se siente capacitado para entrenar al Barça?

No dudo de mí, pero también sé que es una tarea complicada, de las más difíciles que puedes tener como entrenador. Un equipo grande no es fácil de llevar.

Pero usted, al contrario de Van Gaal, conoce lo que significa el Barça y su entorno, el club por dentro e incluso a los que lo dirigen.

Conozco la mentalidad de Cataluña, de Barcelona y del club y eso, indudablemente, ayuda, pero luego lo que vale es ganar; sino, da igual cómo te llames o quien seas.

Desde la distancia ¿cómo explica la crisis del Barça?

El Barcelona quizá está pagando la poca continuidad de los últimos tres años. Cada temporada ha habido un entrenador nuevo y eso, normalmente, hace daño. Porque cada uno tiene sus cosas, cada uno ficha sus jugadores y cuando se marcha el que llega nuevo tiene de todo un poco. Ahora viene Van Gaal de nuevo, que piensa de distinta manera que los anteriores y... Eso quizá es lo que se está pagando. El equipo no está como debería estar, cada uno está poco en su sitio, allí falta algo, aquí otra cosa.

Si destituyen a Louis Van Gaal y le hacen una oferta ¿la aceptaría?

Cuidado porque no quiero que piensen que me aprovecho de la situación. Si viene un Barcelona o un Milán, no puedes decir que no. Es una ocasión única y hay que aprovecharla. Un entrenador que ha ganado todo puede decir que tiene otras prioridades. Pero no, iría en AVE, en coche o como haga falta.

¿Es cierto que su contrato le permite marcharse del Xerez si un club grande viene a buscarle?

Sí, es cierto. Aunque ya el año pasado se dijo también que me querían, pero no quiero perder el tiempo ni las energías en pensar en ello. Ahora estoy en el Xerez.

Si volviera al Barça, regresaría después de aquella final de Sevilla ante el Steaua en la que se marchó del vestuario antes de que terminara el partido. ¿Qué pasó aquella noche?

Fue la noche más negra de mi vida, junto con el 5-0 del Milán cuando jugaba en el Real Madrid. Fue una gran decepción que me cambiaran antes de que terminara el partido. Queríamos ganar como fuera. Detrás de mi espantada había mas cosas que la gente no supo. Yo estaba enfrentado con Terry Venables porque después de ganar la Liga quería cambiar a los extranjeros de una manera que no me gustó. Queríamos ganar para demostrarle que valíamos. El ambiente ya estaba muy raro, habíamos perdido la final de Copa con el Zaragoza dos semanas antes, la temporada no había sido buena. Él lo estropéo y no se puede jugar con un club tan grande como el Barcelona.

¿Usted ya sabía que quería fichar a Lineker y a Hughes?

Sí, claro, y eso no me gustaba porque merecíamos un respeto. Su actitud hacia mí cambio mucho. Le fastidiaba que todo el mundo hablara de mí o de otros jugadores, a pesar de que él era el entrenador que había ganado una Liga con el Barça diez años después.

¿Y lo de Milán?

Uffff, yo lo intuí antes del partido. Fuimos a una sala de calentamiento que había cerca del vestuario. Estábamos cuatro y de repente entraron los diez jugadores del Milán que iban a jugar y se pusieron a hacer un rondo que parecía un entrenamiento. Estaban muy mentalizados para ganarnos y pensé: ‘¡La que nos va a caer, estos tíos están más mentalizados que nosotros!’.

Y si llega al Barcelona como entrenador y se encuentra un jugador tan rebelde como fue usted...

Uff, que difícil. Pero bueno, de Menotti, Luis y Beenhakker, que son los entrenadores que más me han marcado, aprendí cómo tratar a un jugador. Aparte de saber de fútbol, lo que cuenta es el carisma que se muestra y ellos lo tenían. Menotti sabía que yo era un jugador difícil y supo cómo tratarme. Yo, ahora, aplico esos conocimientos en los equipos que entreno.