¿Habrá quinto bueno en Valladolid?

Antes de jugar no se puede decir voy a ganar. Para lograr un triunfo hay que ir con humildad, disputar el partido y hacer balance luego.

La definición de su gol ante el Osasuna estuvo muy bien...

Gracias. Fue al estilo Jean Pierre Papin.

Pero, ¿por qué celebra el gol sacando la lengua?

Fue un compromiso con alguien al que llevo muy dentro. Me pidió que lo hiciera así y seguiré hasta que el niño me pida que cambie.

¿Quién es ese niño?

Es de mi país, pero prefiero ocultar su nombre. Tiene once años y es mudo. Le conocí en un aeropuerto. Siempre que voy a Duala, le veo. Como no puede hablar, me escribió un mensaje para pedirme que no celebraba mis goles lo suficiente y que le encantaría que lo hiciera sacando la lengua porque le parecía divertido.

¿Se han puesto celosos sus compañeros cuando afirmó que el presidente es como su hermano?

El presidente nos quiere a todos. Estamos aquí para defender los mismos colores. En la vida tienes a gente de confianza a quien contarle las cosas, el presidente es para mí uno de ellos porque me siento seguro con él.

¿Tiene usted pactado con Manzano que le cambie cada semana?

El técnico tiene sus ideas y él decide. No estoy a tope pero, aunque lo estuviera, si cree que necesito ser sustituido no pasa nada. Es lo mismo que cuando me pide que salga a jugar. Me falta la pretemporada de mis compañeros y hay que ir despacio.

Entonces, ¿cuanto le falta aún para encontrarse bien?

El año pasado notaba que estaba un punto por encima de los rivales, pero ahora, sobre todo a partir del minuto 70, no. Es algo normal.

¿Qué opina de Manzano?

Es un fenómeno, como el abuelito (Luis Aragonés). Como persona no hay palabras para definirle y como entrenador sólo hay que ver lo que hizo con el Rayo y lo que está haciendo en el Mallorca. Con un poco más de suerte a ver qué puede pasar al final de temporada. Estamos descubriendo un nuevo abuelito, le falta tiempo pero lo tiene todo para ser el abuelito del futuro.

¿Cómo se explica la transformación del equipo?

Pregúntaselo a Dios. Lo que yo digo es como la vida. Todos los días se parecen pero ninguno es igual. Hoy te va bien y mañana te puede ir peor, pero cuando uno trabaja y tiene fe, las cosas salen.