Una atmósfera expectante acompañó la primera comparecencia pública de Jupp Heynckes tras la abultada derrota de Mestalla y los rumores sobre su continuidad. Tras admitir que se había reunido con Javier Uria, el técnico declaró que "es importante que entre el entrenador y el presidente exista confianza y él me la ha demostrado en los buenos momentos y en los difíciles, cosa que agradezco. Cuando me fichó sabía qué entrenador traía al Athletic y siempre nos hemos llevado bien, con respeto mutuo. No es una sorpresa la conversación que he mantenido con él. Me ha tratado con el cariño de siempre y con el ánimo que hace falta ahora".

Heynckes confesó que ante la situación del Athletic está "con mucha calma y a la vez muy preocupado, pero con confianza en el futuro del equipo. Los jugadores son los protagonistas y confío en su reacción". El entrenador criticó con dureza a Javi González por pedirle la camiseta a Aimar: "Yo nunca le pedí una camiseta a nadie después de haber perdido. Yo siento rabia y vergüenza. Sólo faltó que le pidiera un autógrafo".

Las críticas

El técnico alemán admitió que "la gente me ha tratado de fábula en la calle y me ha transmitido su apoyo y su cariño. Claro que siempre hay algunas personas que discrepan y no están contentas, pero siempre que las críticas sean deportivas son justificadas y un profesional tiene que saber vivir con ellas".

De cara al próximo partido, el alemán reivindica un ambiente más cargado: "A los jugadores de otros equipos les apetece jugar en San Mamés porque tenemos una afición que es correcta y generosa con el adversario, sobre todo en comparación a otros campos donde vamos y siempre tenemos dificultades. He sido futbolista y sé que un ambiente así facilita el juego del rival, aunque el respeto del adversario te lo tienes que ganar en el campo con tu actitud, tu juego y tu pelea".