Del Bosque no cuaja

Del Bosque no cuaja

El día que el Real Madrid cumplía 100 años, el Deportivo ganó el partido de su vida. Ganar la Copa en el Bernabéu y al considerado favorito supone la reválida definitiva y la entrada en el club de los Grandes de Europa para los de Irureta. El único equipo de fútbol que pisó el Bernabéu fue el Depor. Desde el portero al maravilloso Diego Tristán, todos los de blanquiazul supieron qué debían hacer en cada momento. La certeza de que el gallego es un bloque que se mueve quedó patente desde el primer minuto y el gol de Sergio le reafirmó en sus convicciones, mientras elevaba las dudas del Madrid hasta el infinito.

El señor entrenador del Real Madrid, que de pronto se sacó de la manga el cambio de portero, debería explicar si sabrá o no hacer que el Madrid juegue como un equipo y no como un conjunto de individualidades, que ahora se mueve al compás de Solari y, dentro de un mes, no se sabe en función de qué. Del Bosque no ha sabido hacer un bloque y ensamblar esa tropa de excelentes jugadores que el club ha puesto en sus manos. La sensación de que el Madrid más que un entrenador tiene un alineador se hizo anoche más patente que nunca.

Ni está trabajado el Madrid en lo defensivo, pues cualquier equipo que toque como tocaron Valerón, Sergio y compañía, le hace un siete, ni está trabajado en el medio del campo, donde la mayoría corre sin ton ni son, ni es capaz, por tanto, de sacar petróleo de pozos como Raúl y Morientes. Fue el triunfo de un equipo contra un grupo de trabajadores. Del Bosque no ha dado con la solución.