Y tras la tempestad llegó la calma. El largo viaje realizado el lunes desde Japón a Australia sirvió para que los Elías, padre e hijo, firmaran la paz con el representante del piloto y director del Telefónica Júnior Team, Alberto Puig.

El ambiente idílico del equipo se enturbió a raíz de una conversación que el padre del piloto mantuvo con Giampiero Sacchi, director deportivo del equipo rival Derbi-Gilera, para escuchar una oferta que tenía que hacer por su hijo. A Puig le sentó muy mal.

El padre de Elías, consciente de la situación, quiso viajar junto a su hijo en estas tres citas transoceánicas para ser el pararrayos de los enfados de Puig, de fuerte carácter. No ha hecho falta que el campeonísimo nacional de motocross se esmerara demasiado en esa tarea, porque la profesionalidad de Puig ha primado por encima de todo.

De hecho, Elías aseguró que todo esto no le había presionado a la hora de competir: "No sabía nada de lo que había ocurrido entre mi padre y Alberto hasta el domingo por la tarde. Mi padre me lo contó camino de Tokio, y ya está todo solucionado. Hemos hablado mucho Alberto y yo de lo que tenemos que hacer para ganar el título y lo vamos a intentar a tope". Para esa misión sabe que cuenta con el apoyo de la afición española. Su padre así lo afirma: "Hemos hablado por teléfono con nuestra casa y nos han dicho que han recibido un montón de llamadas y mensajes de ánimo".

Respecto al futuro de Elías, ayer hubo una reunión en Madrid que puede ser clave. Jan Witteveen, máximo responsable técnico de Aprilia, mantuvo un encuentro con los máximos responsables en asuntos de patrocinio de Telefónica y Repsol, que han unido sus fuerzas. La firma italiana prefiere ser ella quien negocie con los patrocinadores, al margen del equipo en el que recaigan los pilotos, y en caso de acuerdo económico darle forma a ese proyecto. Ése no es otro que el ya adelantado por AS hace tres semanas, la creación de un Dream Team en 250cc con Melandri, Fonsi Nieto y Toni Elías.