Veinte tarjetas para un equipo comprometido con el fútbol de toque y buen gusto parecen demasiadas en cuatro partidos. Pero ésa es la realidad del Málaga en este comienzo de Liga. Si te pasa en el Bernabéu puede parecer hasta normal pero si es en el Insular... La plantilla ya está alerta. No quieren ventajas, pero tampoco un trato distinto. La actuación de Pino Zamorano ha terminado de caldear los ánimos. Además de Zárate, expulsado por la aplicación a rajatabla de un debutante, el más quemado por todo este asunto es Marcelo Romero. El Gato ya ha hecho póker de cartulinas en las primeras cuatro jornadas. Está al borde de la suspensión y no entiende nada: "Si se fijan bien, no soy ningún futbolista que esté pegando todo el partido. No sé por qué se me ha marcado como un jugador duro pero tengo claro que las últimas tarjetas que he visto no son nada justas. Los árbitros van por mal camino así. No estoy haciendo ninguna falta violenta".

Romero no se quedó ahí. El internacional charrúa cree que está habiendo una sensible diferencia de trato entre el Málaga y el resto de los rivales: "No se está aplicando el mismo criterio y eso me parece un poco desleal. Se nos están sacando tarjetas por entradas que, si nos las hacen a nosotros, no son sancionadas así. Ahí está la diferencia de lo que se está haciendo con el Málaga".

El mediocentro uruguayo vive al borde de la suspensión cuando aún no se ha llegado ni al primer mes de competición. Por cierto, Romero hizo ayer balance de sus primeros partidos en Málaga. Lo único negativo, los arbitrajes y el lunar negro del Valladolid: "Me he encontrado muy bien y muy cómodo. Sólo me quedé amargado con la derrota que dejamos escapar aquí en Málaga pero, por lo demás, todo está marchando sobre ruedas y espero que continúe mucho tiempo así".