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¿Por qué la NBA duplica en sueldos a la millonaria NFL?

La NFL tiene unos beneficios anuales de más de 10.000 millones de euros por los 3.600 en los que queda la NBA. Pero los sueldos medios son de 2 y 4,9 millones. ¿Por qué?
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¿Por qué la NBA duplica en sueldos a la millonaria NFL?

La NFL es la liga más rica del mundo, pero sus empleados no son los que más cobran. Ni de lejos. Esta paradoja ha alimentado el debate de la injusticia laboral entre los jugadores de fútbol americano y ha cuajado entre los seguidores de las grandes ligas norteamericanas, sobre todo en la inevitable comparación con la NBA. Sin embargo, existe una explicación para que este supuesto sinsentido.

Empezaré por los datos. La NFL tiene unos beneficios anuales de más de 10.000 millones de euros. Es, con mucho, la competición deportiva mundial que más dinero gana. La segunda es la Major League Baseball (MLB), que supera los 8.000 millones de euros cada año. La NBA, por el contrario, se queda en unos 3.600 millones de euros de ganancia neta en cada ejercicio y es, incluso, adelantada por la Premier League inglesa de fútbol.

Para poner perspectiva a estos datos es bueno añadir que, por ejemplo, la Liga española de fútbol no llega a los 2.000 millones de euros de resultados positivos y eso que cuenta (Real Madrid y Barcelona) en su seno con dos de los cinco clubs más ricos del mundo, hablemos del deporte que hablemos. De la misma forma, y aunque parece el patito feo de las cuatro grandes ligas norteamericanas, la NHL de hockey hielo se queda muy cerca de la NBA con 3.300 millones de euros de beneficios anuales.

Todas estas cifras corresponden al último año de competición disputado, pero la tendencia es similar en los últimos tiempos. De entre ellas resulta llamativa la lucrativa salud de la MLB. Nadie discute la supremacía de la NFL en USA y, por lo tanto, resulta lógico su primer puesto. Pero llevamos tiempo escuchando que la liga de béisbol no tiene el seguimiento que tenía y que la NBA le está recortando terreno, incluso con audiencias bastante superiores de las Finales de la liga de baloncesto sobre las World Series de la MLB; pero esto es sólo cierto en parte, pues la verdad es que las grandes ligas de béisbol tienen una enorme implantación local, con las comunidades muy apegadas a sus equipos en Kansas City, Saint Louis, San Francisco, Philadelphia, New York, Boston… mientras que la NBA es más seguida a nivel nacional. El resultado es que las televisiones locales pagan barbaridades por los derechos de sus equipos. Eso sumado a que la temporada de la MLB es de 162 partidos, con los beneficios que se generan en los estadios con tantísimos encuentros, explica el porqué de la gran diferencia en su favor al compararse con la NBA.

Y ahora es cuando llega el gran meollo: siendo estos números verdad, lo cierto es que la media salarial de un jugador NBA es de 4,9 millones de dólares, la de uno de la MLB 3,82 y la de uno de la NFL… 2 millones de dólares. ¿Dónde ha quedado el dinero? ¿Acaso están estafando a los del casco y la coraza? No, por supuesto, todo tiene que ver, como siempre, con la oferta y la demanda.

El primer motivo que explica esta aparente discrepancia es el número de jugadores que hay en las plantillas de los equipos de las diferentes ligas. En la NBA están integradan por, como mucho, 15 personas, mientras que en la MLB el número se eleva a 25 y en la NFL se dispara a 53. Hay que repartir entre todos.

El salario mínimo es muy similar en las tres ligas, en torno a los 450.000 dólares anuales. Pero lo que no es igual es la capacidad para sustituir unos atletas por otros. Es decir, hay muchos más chavales de 24 años capaces de estar entre los 53 que componen un equipo de la NFL que gente de dos metros con capacidad para tirar de tres en una cancha de baloncesto. Este factor hace que la rotación de personas entre los llamados jornaleros de cada liga, esos que están muy lejos de ser estrellas, sea muy superior en la NFL. La media de estancia en la liga de football es de tan sólo tres años. Lo normal es que, en muy poco tiempo, aparezca alguien capaz de hacer lo mismo que tú y con un contrato rookie, siempre más barato que el de un veterano. Esa capacidad de rotación es más limitada en la NBA y nos encontramos con notables ejemplos de tipos que llevan 10 años en la liga, en muchos equipos diferentes, y cobrando unos dos millones de dólares anuales. Esa figura casi no existe en la NFL.

Luego hay que tener en cuenta que los contratos del football no están garantizados. Debido a lo expuesto antes, a la facilidad para sustituir a unos atletas por otros, y a la profusión y gravedad de las lesiones intrínsecas a la propia esencia violenta del deporte, el football firma papeles que no suelen cumplirse. Hay también un aspecto cultural en todo esto; desde principios del siglo XX, y hasta entrada la década de los setenta, la profesionalización del deporte fue progresiva y en una competición que tan sólo duraba cuatro meses no estaba bien visto el que se creía que podía vivir de esto; la mayoría de los jugadores tenían trabajos de primavera y verano, por lo que lo que obtenían con el football nunca era tratado como un salario “real”.

Esa relación inestable, con poca seguridad, se ha ido arrastrando en las sucesivas negociaciones colectivas entre propietarios de la NFL y jugadores. Durante años el sindicato ha clamado por conseguir, como en la NBA o en la MLB, contratos garantizados, pero una vez que se llega a la mesa de negociación la otra parte indica que para ceder en ese apartado los deportistas han de ceder en, por ejemplo, el porcentaje que ganan y, claro, no se vuelve a nombrar el tema.

Es por esto que se falsean relativamente los salarios y se concluye que los de la NFL no ganan tanto. Eso sólo sería mentira en el caso de los que, siendo élite, acaban cobrando el 100% de sus contratos. Pongamos por ejemplo esta misma temporada. Ben Roethlisberger, quaterback de los Pittsburgh Steelers, va a percibir 35 millones de dólares, mientras que el mejor pagado de la NBA, Kobe Bryant, se llevará 25. Hay otros dos jugadores, Cam Newton (31 millones) y Ndamukong Suh (26,5 millones), que también superan a la estrella de los Lakers. Sin embargo, en esas cifras están “adelantados” pagos que compensan la parte final de los contratos de los jugadores de la NFL. Al no estar garantizado que cobren esos últimos, pues dependerá de su rendimiento, los agentes meten bonus iniciales que hacen que estos salarios se disparen de forma artificial e invaliden la comparación.

Por eso las cifras globales llevan a engaño. Recientemente Joe Flacco, quaterback de los Baltimore Ravens, firmó por 120 millones de dólares y 6 años. Es un tipo de contrato que se está volviendo estándar en la liga y que le asegura unos 60 millones… pero dado su nivel de juego es más que esperable que lo cobre íntegro. En ese caso, estará tan pagado como los contratos máximos actuales de la NBA.

No hay que olvidar, tampoco, que aunque las dos competiciones tengan límites salariales el de la NFL es estricto mientras que el de la liga de baloncesto es más flexible y permite atajos, como el poder pasarse en renovaciones y el poder estar por encima del máximo asumiendo impuestos de lujo, para pagar más a las estrellas.

En ambos casos, la NFL y la NBA, son superados con amplitud por la MLB. Tanto en seguridad como en cantidades globales. El motivo principal es que en el béisbol no existe el límite salarial, que si impera en las otras dos ligas. Y, segundo, el hecho de que ni las lesiones son tan graves y/o comunes ni la caída de rendimiento físico afecta tanto al juego. En la NFL en seguida viene un chaval que pega y corre más que el veterano sin especial talento; en la NBA tarda algo más, pero se llega al mismo punto; en la MLB se pueden ver señores de treinta y tantos años haciéndolo muy bien.

Por eso las cantidades de los contratos son surrealistas en la comparación. Os pongo algunos ejemplos inalcanzables para los otros dos deportes, siempre hablando en general: Giancarlo Stanton, 325 millones por 13 años, Miguel Cabrera, 248 millones por 8 años, Robinson Cano, 240 millones por 10 años, o los pitchers, una posición con menos durabilidad y más incertidumbre, con gente como Clayton Kershaw y John Lester levantándose 30 millones de dólares por año.

La facilidad para ser reemplazado, la violencia del juego, la cultura del football, el número de jugadores, el límite salarial estricto… todo se une para que la oferta de jugadores en la NFL sea mayor que en la NBA, y mucho mayor que en la MLB, lo que hace que los sueldos sean menores, o sean los mismos pero haya que ganárselos cada año en el campo, aún y a pesar de que los beneficios de la liga sean muy superiores. Es por eso que la realidad del mercado se impone, una vez más.