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JUEGOS OLÍMPICOS | NATACIÓN

Mireia se descuelga del 1.500

La prueba de fondo debuta en el programa olímpico pero la badalonesa, que nadó 19 segundos por encima de su mejor marca, no pasó a la final.

Actualizado a
Mireia Belmonte.
COE

Intentó Mireia Belmonte repetir final en el 1.500 libre, pero la competitividad fue mucho mayor que en los 400 estilos. Incorporada al programa olímpico desde hace cuatro años, un porrón de jóvenes nadadoras se han preparado a conciencia para estos Juegos de Tokio en una prueba donde el volumen de entrenamiento y el ritmo de carrera marca la diferencia. Nadie como Katie Ledecky, quien marcó el mejor cronómetro, para evidenciarlo. A Mireia le faltó entrenamiento para optar a la final.

En la serie 5, junto a Ledecky o la china Janjiabe Wang como dominadores, Mireia empezó a descolgarse de las primeras posiciones a un ritmo de un segundo inferior por cada largo prácticamente. La cadencia de la badalonesa, que ni mucho menos le perdió la cara a la prueba, no cambió en el segundo 800, ya lejos de las posiciones de cabeza. La clasificación se tornó en una quimera en la serie anterior, cuando hasta cinco nadadoras bajaron de 16 segundos. Mireia sabía que era misión imposible.

Finalmente, Mireia llegó séptima de su serie con un tiempo de 16:11.68. El corte estuvo en 15:58.96, por lo que hubiera requerido acercarse a su récord de España, obtenido en 2017,para conseguirlo. Tampoco lo logró su compañera de equipo Jimenez Pérez, que hizo su mejor marca personal con 16:15.99, aunque fue octava en su serie y no ocupó puesto de semifinalista finalmente. Anteriormente, África Zamorano también había quedado eliminada de los 200 estilos al nadar por encima de su marca: 2:13.81.

Después de esta prueba y del brillante cuato puesto en los 400 estilos, a Mireia le queda el 800 libre y el relevo 4x100 estilos para poner punto final a su campeonato en Tokio. Esa quinta medalla se le va a resistir a la badalonesa, que cerrará con toda probabilidad en este Centro Acuático una carrera olímpica maravillosa. Lástima esas 23 centésimas para que no sea el colofón ideal.