Valverde, en puertas de su peor año en Bilbao

Valverde está en puertas de su peor año en el Athletic. En su séptima campaña, distribuida en cinco etapas, nunca había bajado de los 51 puntos, los que amasó en la campaña 2004-05, antes de dar por concluido su primer ciclo y marcharse al Espanyol. Por entonces fue noveno y acabó fuera de Europa, bajo su mandato, solo ese año se quedó el equipo sin viajar por el Viejo Continente. En su estreno en el primer equipo, en la 2003-04, llegó a 56 puntos y una magnífica quinta posición. De vuelta en la 2013-14 tras la era Bielsa, alcanzó su cénit en Bilbao: la cuarta plaza, merced a 70 puntos, también su techo como rojiblanco. Llegó el premio de la Champions. El siguiente año fue más flojo: 55 puntos y la séptima plaza. En la 2015-16, de nuevo quintos, con 62 puntos, uno menos que en la 2016-17, antes de irse al Barcelona, cuando dejó al equipo en la séptima plaza.

Esta campaña está siendo para olvidar. Y eso que el fútbol ha dado una segunda oportunidad al Athletic, ya que la derrota de Osasuna en la final de Copa abría una plaza más, la séptima, para ir a Europa, a la Conference League. Los números del equipo son lamentables, especialmente en casa, con ocho derrotas y diez partidos sin marcar, más de la mitad. Cuando se jugaba parte de sus ilusiones continentales, la gente dio la espalda: ayer se registró la peor entrada del año en Liga, y solo le supera la cita de Copa ante el Espanyol. Lo último que ha recogido son 4 puntos sobre 21, cuando estaba ante finales para dar el gran paso, ha vuelto a fallar. Le pone voluntad, pero le falta calidad, fútbol.

Ahora mismo los leones tienen 50 puntos. Europa es más barata que nunca, pero no alcanzarán la meta si no ganan en el Bernabéu y si Osasuna no falla. El equipo de Jagoba Arrasate, a pesar de la derrota en la penúltima jornada ante el Getafe, es el mejor colocado de cara a conseguir la plaza de Conference League. Recibe en El Sadar al Girona sabiendo que si gana conseguirá la séptima plaza, independientemente de lo que ocurra en otros campos. Puede ser el colofón al peor año del Txingurri en San Mamés. Todo sale mal y se vuelve en contra de la directiva. Por ejemplo, el homenaje a Balenziaga, que se dejó para el final porque nadie pensaba que se perdería ante el colista. O los desaires con Raúl García, que se hizo unas fotos con su familia antes de arrancar en plan despedida, y los Capa y Zarraga. Desde algún sector se lanzó a los jugadores reproches de “vividores”.