Un año del doblete de Toril y para volver a Segunda: ¡Qué noche la de aquel día!
El Córdoba regresaba al fútbol profesional y podía celebrar el primer ascenso de su historia en El Arcángel


El 23 de junio de 2024 quedó para siempre en el recuerdo del cordobesismo. Ese día, del que hoy se cumple un año, el primer equipo blanquiverde disputaba la vuelta de la final del play off a Segunda División frente al Barcelona B y se imponía por 2-1 gracias a un doblete de Alberto Toril. Ese resultado, sumado al empate a uno de la ida, daba por vencedor del cruce al equipo de Iván Ania y, por ende, el ascenso, provocando un estallido en la ribera del Guadalquivir que tuvo una onda expansiva de felicidad por toda la ciudad.

No había mejor forma de dejar atrás cinco años de peregrinaje por un desierto futbolístico que se inició en mayo de 2019 cuando se consumó el descenso a Segunda B tras perder un partido en Las Palmas, precisamente el lugar que otros cinco años antes supuso la mayor gloria reciente para el cordobesismo al lograr un ascenso a Primera 42 años después. Pero todo eso queda en pretérito, ya que la llegada de Infinity, el grupo inversor bareiní, le ha dado estabilidad.

Y lo cierto es que la tarde y, sobre todo noche, del 23 de junio de 2024 resultó inolvidable desde el principio. Horas antes del partido, el recinto del Arenal se había convertido en una especie de prolongación de la feria de mayo. Pero, como gran diferencia, los lunares dieron paso a las rayas en blanco y verde de las camisetas del Córdoba. Y eso dio pie a un primer momento cumbre. La primera plantilla del Córdoba accedió al estadio por la puerta antigua de vestuarios atravesado un pasillo que abría un río de gente. Y entre todos destacaba Dragjsa Gudelj, quien vestido de negro, acompañaba a sus compañeros en el cortejo de la previa. El serbio tuvo que retirarse de la práctica activa tras un segundo desfallecimiento en un campo de fútbol. Fue en diciembre en el Álvarez Claros de Melilla. Pero, a su modo, ese día también jugaba.
Frente al Córdoba, había un Barcelona B lleno de prospectos. Faltaron Lamine o Cubarsí, llamados ya por De la Fuente, pero en la alineación de Rafa Márquez aparecían nombres tan potentes a día de hoy como Marc Casadó, Héctor Fort, Gerard Martín o Pau Víctor, hoy artífices del doblete de Flick. En la ida sufrieron para empatar, algo que hizo Pocho casi al final.
Pero en el comienzo del segundo del partido volaron sobre El Arcángel. Moha se topó con Carlos Marín nada más empezar y parecían tener una marcha más. Héctor Fort lo ratificó con una cabalgada sobre la banda derecha para hacer el 0-1 y generar sensación de incertidumbre en el coliseo ribereño. El Córdoba necesitaba algo y el tiempo de hidratación le vino como agua de mayo. Tras los ajustes de Ania, se vio a un equipo distinto, más reconocible a lo que había demostrado durante la temporada.

Fue Alberto Toril, el autor del 0-1 en Barcelona, quien puso la igualada tras un medido centro de Calderón. El ariete dedicó el gol al cielo, apuntando a su madre fallecida unos meses atrás. Y el partido siguió, pero con el Córdoba más seguro. De hecho, ese empate ya le daba el ascenso, merced a que tenía la ventaja de haber sido segundo en su Liga. Ésa en la que fue el único capaz de discutir la hegemonía del Castellón.
Tras el descanso, el Barcelona B tenía que asumir riesgos. Y en uno de ellos, en una salida de balón, Diarra, hoy pretendido para la vuelta, recuperó un balón en la frontal y habilitó a Toril, quien también colaboraba en la presión. Picó con suavidad el balón hacia el cielo, donde tenía hilo directo, y superó al portero del filial azulgrana. Podían quedar minutos, pero el Córdoba había completado el formulario de su ascenso a Segunda División. Sólo había falta que Muresan Muresan, quien también se jugaba el salto de categoría, lo certificara. Y así fue. El Córdoba ganó por 2-1, Toril se hizo un hueco en la historia blanquiverde acompañando a Uli, Asen, Ramos, Valentín, Cuesta o Miralles, entre otros.

Pero, además, el Córdoba conseguía algo que no había hecho hasta la fecha. Celebrar un ascenso como local. Sus éxitos se vinculaban siempre fuera de El Arcángel, casos últimos de Ibiza, Valdepeñas, Cartagena, Huesca, Las Palmas o Mérida. Y eso dio pie para tres fiestas. Una en el mismo estadio, pero no comunicada y muchos aficionados se marcharon al ser el día siguiente lectivo, otra en la fan zone de El Arenal, donde la “Potra Salvaje”, de Isabel Aaiún, se hizo en el himno de la noche, y una tercera en Las Tendillas, donde Casas, con permiso de Kike Márquez, ponía la bufanda del Córdoba en el monumento al Gran Capitán. Hoy se cumple un año de todo aquello. ¡Qué noche la de aquel día!
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