Tres años y un día del principio del fin de la condena
La entidad blanquiverde conmemoró ayer discretamente el tercer aniversario del ascenso a Primera Federación en Mérida

Hay fechas que quedan para siempre en la historia de un club. Suelen, habitualmente, ésas en las que se consiguen campeonatos o se logran ascensos. En el caso del Córdoba, sus mayores alegrías siempre han llegado por la segunda vía. Por ello, hay días que se recuerdan en la entidad blanquiverde de manera especial. Sin duda, el 1 de abril de 1962 es el gran día, cuando consiguió el primero de los tres ascensos a Primera División. Y luego hay otros más recientes como el 30 de junio de 1999, que cambió su historia, el de Las Palmas de 2014 o el del pasado año el 23 de junio cuando superó al Barcelona B en el pulso por estar esta temporada en la Liga Hypermotion.
Pero, para llegar al estatus actual de equipo integrante de LaLiga, el Córdoba tuvo que peregrinar en lo que se podría denominar por un desierto futbolístico de cinco temporadas repartido entre la extinta Segunda B, la nueva Segunda Federación y la Primera Federación. Esa caída, en formato de fichas de dominó, hizo que la entidad blanquiverde tuviera que purgarse desde la cuarta categoría del fútbol español. Tras una pésima campaña en todos los sentidos en el curso 20-21, el cuadro blanquiverde tuvo que regenerarse en la temporada 21-22 con un proyecto completamente nuevo y encomendado a Juan Gutiérrez, Juanito, quien hoy sigue al frente de la dirección deportiva.
El Córdoba tuvo que obedecer a los indicios que le presentaban como el gran candidato al ascenso a Primera Federación en el Grupo IV de Segunda Federación. Y así lo demostró contando con Germán Crespo en el banquillo, a los que sumaron nombres de veteranos con recorrido como Miguel de las Cuevas, Javi Flores, Willy o José Cruz. Sin embargo, necesitaban otros perfiles de futbolistas. Irrumpieron jóvenes con futuro y fuerza, quienes llevaron al Córdoba a hacer un doblete histórico. Ganó al Guijuelo en la final de la Copa Federación, hecho que fue el preludio que el Córdoba zanjó a cinco partidos para el final de la temporada regular. Fue campeón de la Liga y subió por la vía rápida. La constatación tuvo lugar en Mérida un 16 de abril de 2022 con el dato de que no necesitó completar a la postre. Y es que el Cacereño, su único perseguidor, falló y en tiempo de descanso ya era equipo de la Primera Federación.
Con la fiesta montada con los cerca de 2.000 seguidores antes del comienzo de la segunda parte, el Córdoba terminó venciendo por 0-1 gracias a un tanto de Antonio Casas. Curiosamente, el rambleño y el portero Carlos Marín responden a ese perfil de jugadores que gusta a la dirección deportiva que llegaron a ese Córdoba y que hoy se han hecho un nombre en Segunda División. Por su parte, Javi Flores, el capitán que puso la bandera del Córdoba ese día a la estatua del Gran Capitán en la Plaza de Las Tendillas, trabaja en el club haciendo funciones de representante institucional.

Y así comenzó un camino que le ha llevado hasta hoy con muchas luces y algunas sombras, como la de la segunda vuelta de la campaña 22-23 en la que terminó hundiéndose pese a ser líder en el primer tramo del campeonato. Visto el desarrollo de la temporada actual, el Córdoba está en otra dimensión y asentado en el fútbol profesional. Pero para ello necesitó poner punto y final a una condena de cinco años. Aquel 16 de abril en Mérida fue el principio del fin de una condena. Hoy se cumplen tres años y un día.
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