Los últimos objetivos del Depor: Gilsanz es el que más se juega
Definitivamente en tierra de nadie, el equipo coruñés afronta las últimas jornadas con retos menores entre los que destaca el incierto futuro del técnico de Betanzos.
El Deportivo, después de su derrota en Santander, afronta las últimas cinco jornadas de LaLiga con la tranquilidad de verse virtualmente salvado, pero también con la frustración de no poder pelear por el playoff. Los coruñeses suman los míticos 50 puntos con sólo 15 por disputarse, lo que los coloca más que nunca en tierra de nadie. El sueño de la promoción de ascenso está a nueve puntos con cinco equipos por encima; el infierno que marca el Eldense, a diez con seis clubes por debajo. A falta de la confirmación matemática, los coruñeses prácticamente han dicho adiós a los grandes objetivos la temporada y estos últimos cinco partidos pondrán sobre la mesa retos menores.
A nivel global, no hay duda que la intención es acabar LaLiga en la posición más alta posible, lo que a su vez significa mayores ingresos para el club. También hay una conjura interna para despedir la temporada con buen sabor de boca en Riazor, con una plantilla consciente de que existe una deuda con la afición. De los 50 puntos que suma el Depor 27 los ha conseguido fuera de casa y sólo 23 en su estadio, donde sólo ha podido celebrar cinco victorias esta campaña. Albacete, Granada y Elche son los tres equipos que visitarán A Coruña para cerrar la temporada.
El Deportivo ha cimentado la permanencia gracias a su regularidad, con una racha de nueve jornadas invicto que llegó a su final en El Sardinero. De igual modo, ha dicho adiós a pelear el playoff en las tres últimas jornadas, ya que después de acelerar sólo ha sido capaz de sumar dos de los últimos nueve puntos. Al agotamiento de un bloque de jugadores titularísimos cargados de minutos se han ido sumando lesiones de intocables que ya se han despedido de la temporada. Primero cayó Ximo Navarro (jornada 32ª), luego Dani Barcia (33ª) y esta última semana David Mella. A ellos se une un Escudero fuera de combate desde diciembre. La única buena noticia es que Gauto, lesionado el 1 de marzo, comenzó este lunes a realizar parte del entrenamiento con el grupo.
Con este panorama, en estas últimas cinco jornadas también aparecen los retos personales. Por un lado, los jugadores que terminan contrato y apenas han contado como Hugo Rama, Jaime o Cristian Herrera. También los que están cerca de renovar por objetivos, como es el caso de un Pablo Martínez que lo está jugando por la lesión de Dani Barcia. En el listado de los que tienen contrato y escasa presencia, hay un buen número de futbolistas cuyo protagonismo podría crecer en esta recta final: Genreau, Patiño, Dani Gómez, Bouldini, Mfulu o Germán Parreño.
Pero por encima de todos estos casos y situaciones destaca un nombre: Óscar Gilsanz. El entrenador blanquiazul se hizo cargo del equipo en descenso en la jornada 13ª tras la destitución de Idiakez. Ha logrado una salvación holgada, sólo suma cinco derrotas en sus 25 partidos y tiene números de playoff en su etapa. Una balanza positiva a la que suma ser un hombre de la casa que conoce perfectamente el club tras siete temporadas dentro y especialmente a la cantera, pilar de futuro en plan estratégico de Abanca tras pasar con gran éxito por el Juvenil y Fabril.
Sin embargo, la decisión sobre su continuidad no está, ni mucho menos, decidida. El técnico de Betanzos firmó un contrato limpio hasta final de temporada, por lo que no tiene ninguna cláusula de objetivos para certificar su renovación. La decisión corresponde únicamente a la dirección deportiva y las últimas declaraciones de Fernando Soriano en AS alimentan más la incertidumbre: “El club está muy contento con el trabajo de Óscar y el rendimiento numérico que ha logrado, pero también hay otros factores que hay que evaluar. A nivel deportivo hay pocos contras que ponerle, aunque siempre hay alguna cosilla más técnica, más para tratar en privado”.
El director deportivo blanquiazul también insistió que la decisión sobre Gilsanz todavía se demorará: “Si en algún momento nos quedamos sin objetivos, será el momento de empezar a pensar en el año que viene, ahora mismo no lo contemplo”. En función de los resultados de la dos próximas jornadas, incluso este mismo fin de semana, la permanencia puede ser una realidad matemática, lo mismo que el adiós al playoff. En ese momento se abordará la renovación de Gilsanz, aunque su trayectoria es inmaculada, también es innegable que las dudas existen. De hecho, algunas fuentes señalan que el club ya sondea el mercado de entrenadores. Algo tan llamativo como habitual cuando la decisión está en el aire.
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