El protagonista de la jornada en Segunda: Alemao, más fino, más ligero, más goleador
El ariete bajó este año 2,5 kilos y se le ve con más chispa y más acierto ante el gol; lleva 8.
En el primer tanto en Ferrol, ganó la posición y cabeceó a la red con contundencia. En el segundo, se zafó de su par e impulsó con el interior. Antes de los dos tantos, varias ocasiones desperdiciadas en el área ferrolana para acabar firmando un partido cien por ciento Alemao: pelea, peligro constante y, aunque con errores groseros, con mucho daño sobre las defensas rivales. Alexander Zurawski, Alemao, ya lleva 8 tantos y en su segundo temporada en el Real Oviedo está considerado como uno de los grandes artilleros de Segunda División y, de paso, uno de los argumentos de peso de los azules en su intento por ascender a Primera.
Alemao, llamado así desde joven en Brasil por su aspecto europeo (en realidad es descendiente de polacos) quiere dejar su firma en España. Pero no todo ha sido tan sencillo en el paso de Alemao por el fútbol nacional. El brasileño fue fichado hace dos veranos y fue una apuesta directa de Jesús Martínez, dueño de Pachuca y del Real Oviedo, que vio en las condiciones del brasileño a un ariete que podría encajar en el competitivo fútbol español, aunque fuera en Segunda.
Antes, había tenido una carrera no tan corriente. Pues le había costado despuntar en Brasil, donde llegó incluso a plantearse la idea de dejar el fútbol y dedicarse a otra cosa. Con 16 años, por ejemplo. Entonces, abandonó el fútbol durante unos meses y se puso a trabajar en una tienda de camisetas. Pero su agente le convenció de que aún había esperanzas y pronto volvió a ponerse las botas.
También pasó unos meses por la liga japonesa, donde la adaptación para un brasileño como él no fue para nada sencilla. Pero de regreso a Brasil logró sacar la cabeza; aunque tarde, lo logró.
Fue en el Internacional de Porto Alegre, un histórico donde se hizo un hombre en la máxima categoría del fútbol brasileño. Tras irrumpir, siguió un periodo de estancamiento del que le sacó Jesús Martínez para incorporarlo al Grupo Pachuca y mandarlo a Oviedo en busca del escaparate español.
En su primer intento con el Oviedo, el de la temporada pasada, al brasileño le costó. Durante la mayor parte de la campaña, fue suplente de un Borja Bastón que contaba con la bendición del entrenador, Luis Carrión. Pero al final de año mostró la mejor versión del brasileño, con goles y con ese trabajo de desgaste ante los centrales rivales que ahora tanto se valora. Sus goles en el playoff mantuvieron viva la llama de la ilusión por el ascenso. Pero no pudo ser.
Este año se le ha visto centrado desde el primer momento. También más fino. Llegó en verano con dos kilos y medio menos que la temporada pasada. Él mismo lo explicó en alguna entrevista: buscaba tener más chispa en una categoría tan exigente.
Para Calleja ha sido el elegido desde el primer día, por delante del rumano Paraschiv. Ahora, con la recuperación del internacional uruguayo Fede Viñas, el entrenador no ha dudado a la hora de dar cabida a los dos grandes arietes, variando el sistema para jugar con dos delanteros. La primera prueba no pudo acabar mejor: victoria con goleada en Ferrol y dos goles del brasileño que lucha con los mejores artilleros de la categoría.