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LEGANÉS

Arnáiz, líder también a lo Bustinza

La creciente confianza del delantero del Leganés ha transformado su actitud en el juego. Ante el Granada forzó una roja jugándose el tipo. Su peso, en aumento.

Actualizado a
27/11/22 PARTIDO SEGUNDA DIVISION LEGANES GRANADA
JAVIER GANDULDIARIO AS

José Arnáiz se lanzó a la disputa del balón con actitud kamikaze. Como loco obsesionado por un premio imposible. Y peligroso. Su fe desbordante sorprendió a Miguel Rubio, arrasado por el ímpetu del talaverano. El delantero del Leganés le ganó la partida y con un toque de cabeza se dispuso a encarar a su siguiente obstáculo. El portero del Granada mutó de portero a guadaña. La pierna derecha de Raúl Fernández en alto segó el pecho del frenético ‘10′ blanquiazul. Falta, roja y partido encarrilado a los 120 segundos de partido. El panorama perfecto. También el traumatismo perfecto.

Sin aire y dolorido, Arnáiz trataba de recuperarse sobre el césped (o lo que queda de él) tras un esprint de valentía que emuló a Unai Bustinza, ex capitán del Leganés ahora enrolado en el Málaga. Leyenda en Butarque por muchos motivos, el bilbaíno permanece en los altares pepineros sobre todo por su brega hormigonada y suicida. Es el liderazgo de quien se juega el físico (literal) por los demás. Otra virtud más que sumar a las muchas que está desflorando Arnáiz en la presente temporada.

“[La jugada representa] lo que es José. José es brillante y valiente. Muchos futbolistas se habrían apartado del camino del portero. José ha puesto la cabeza, el pecho… es una señal más del compromiso que hay ahí dentro. Es una alegría ver a los chicos trabajar y pelear así”, aplaudió Idiakez a Arnáiz tras tumbar al Granada.

La transformación

Curioso. Cuando Arnáiz heredó el brazalete mancomunado del Leganés (hasta cinco capitanes tiene esta plantilla) un germen de duda recorría los pasillos de Butarque sabedores de que no era posición sencilla para él. La incomodidad del liderazgo señalado por obligación. Pero en su madurez deportiva (27 primaveras le contemplan ya), el marrón de lucir brazalete ayudó a cincelar un nuevo carácter, ése en el que ha influido, sobre todo, la confianza. De Idiakez, se entiende. Del club, por extensión.

Arnaiz, ante el Burgos, con el brazalete de capitán del Leganés.
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Arnaiz, ante el Burgos, con el brazalete de capitán del Leganés.INMA FLORESDiarioAS

Con el tesón de quién cree en las virtudes de otros más que ellos mismos, el entrenador del Leganés no ha cejado hasta hacer realidad una profecía autocumplida. “Arnáiz será mi líder en ataque” debió pensar en algún momento del verano el guipuzcoano visto que el mercado no le regalaba el 9 goleador que tanto necesitaba. El resultado es evidente.

Con guarismos por encima incluso de los que le vaticinaba la estadística, Arnáiz ha comenzado a potenciar intangibles a su juego. La autoconfianza es quizá el más evidente. Le siguen la valentía, el tesón o el sacrificio grupal. Cóctel de virtudes que ahora lo han convertido en intocable y (casi) indiscutible. Colección de prefijos en in hasta el apelativo definitivo: inaudito. Como su jugada ‘Bustanziana’ frente al Granada. Un nuevo líder para Butarque.