¿Qué es la cláusula del miedo en el fútbol, cómo funciona y en qué casos está permitida?
Esta disposición, muy habitual en España durante muchos años, es uno de los conceptos más polémicos del mundo del fútbol.
El mundo del fútbol se compone de una gran variedad de elementos sin los cuales no puede funcionar. Uno de ellos son los contratos. Estos documentos tienen muchas funciones: sirven para poder firmar jugadores, renovarlos… Sin embargo, también pueden tener el uso de impedir que un futbolista concreto pueda jugar ante un equipo determinado.
Se han producido una gran variedad de ocasiones en las que grandes futbolistas no han podido jugar ante los equipos de los que procedían. Esto se debe, especialmente, en el caso de las cesiones. Dicho proceso es motivado a lo que se conoce en el mundo del balompié como ‘cláusula del miedo’.
¿Qué es la cláusula del miedo en el fútbol y cómo funciona?
En los últimos años ha caído su uso, pero a comienzos del siglo XXI han sido numerosos los casos de jugadores a los que se les ha aplicado la ‘cláusula del miedo’. ¿En qué consiste? Esta es una disposición que existe en los contratos que se firman entre dos clubes.
En estas situaciones, el club que cede a un futbolista introduce este tipo de cláusula con el objetivo de evitar que dicho jugador pueda disputar encuentros directos contra dicho equipo. En caso contrario, el equipo que alberga al cedido tendría que abonar una prestación económica para poder contar con este.
En España, se han producido situaciones, como la de Fernando Morientes o Samuel Eto’o que, estando cedidos por el Real Madrid, han marcado goles al equipo blanco.
El caso de Morientes fue más sangrante todavía, ya que, jugando en el Mónaco, eliminó al equipo de la capital de España en la Liga de Campeones. Las dianas del punta fueron decisivas para que la escuadra monegasca pudiera dejar fuera de la máxima competición continental a los blancos.
¿En qué casos está permitida la ‘cláusula del miedo?
Esta disposición contractual está expresamente prohibida por la FIFA. El organismo europeo ha dejado claro que este tipo de cláusulas no deben ser utilizadas por los conjuntos. De hecho, aparece en el Reglamento sobre el Estatuto y Transferencias de Jugadores.
“Ningún club concertará un contrato que permita al club contrario y viceversa o a terceros, asumir una posición por la cual pueda influir en asuntos laborales y sobre transferencias relacionadas con la independencia, la política o la actuación de los equipos del club”, expresa este documento, que fue incluido en 2014 al Reglamento General de la organización.
Este texto pertenece al artículo 18 bis del reglamento, y si se incumple esta circunstancia, la FIFA lo deja claro. “La Comisión Disciplinaria de la FIFA podrá imponer sanciones disciplinarias a los clubes que no cumplan las obligaciones estipuladas en este artículo”.
A pesar de esto, ha habido dudas en casos muy concretos. Uno de los más conocidos ha sido el de Thibaut Courtois, quien, en 2014, cuando jugaba en el Atlético de Madrid, se tuvo que enfrentar al Chelsea, club propietario de su licencia federativa. En este caso, la UEFA emitió un comunicado expresando claramente su postura.
“El Reglamento Disciplinario de la UEFA y el de la UEFA Champions League contienen disposiciones claras que prohíben estrictamente que cualquier club ejerza o pueda ejercer cualquier tipo de influencia en el terreno de juego. De ello se desprende que cualquier disposición de un contrato privado entre clubes que funcione de esta manera y pueda influenciar a un equipo en un partido es nula, inválida e inaplicable en lo que respecta a la UEFA”, analizaba el ente.
LaLiga y la RFEF permiten la existencia de la ‘cláusula del miedo’
A pesar de la intransigencia de los organismos internacionales en torno a esta disposición, en los torneos domésticos no tienen vigencia estas prohibiciones. Actualmente, se puede aplicar la ‘cláusula del miedo’ si una escuadra no quiere que un jugador está cedido en otro de la misma liga, ya que tanto LaLiga y la RFEF no prohíben de forma expresa esta situación.
De hecho, hay momentos en los que se pueden usar, pero es elección de los clubes poder ejecutar esta opción de prestación económica. Por ejemplo, el Atlético no ha incluido una ‘cláusula del miedo’ para que Samuel Lino, cedido en el Valencia, pueda disputar los duelos directos contra los rojiblancos.