NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ESPANYOL

Los castillos en el aire de Catoira comprometen también el futuro

El germen del descenso y las dudas de las principales figuras sobre seguir surgen de las promesas incumplidas por el Espanyol, sobre todo de un director deportivo en la cuerda floja.

Actualizado a
Mao Ye y Domingo Catoira - Espanyol
Gorka Leiza

Contaba Joselu Mato con otras propuestas, pero le sedujo la del Espanyol. Decidió Diego Martínez abandonar su año “sembrático”, animado por un club que pretendía construir algo “grande” sobre su mando. Y Sergi Darder, ya de por sí ligado al sentimiento perico, se lanzó a renovar hasta 2026 después de que se le explicara un proyecto estimulante. Pero el tiempo demostró que se trataba de castillos en el aire, edificado sobre una hipótesis inconsistente, la misma que ahora aleja a algunas de las principales figuras de continuar en el RCDE Stadium la próxima temporada, en Segunda, por cada minuto que siga su responsable o las secuelas que pueda dejar en su marcha.

El denominador común de todos ellos, las tres piezas básicas del nuevo Espanyol que iba a dar un paso adelante tras la tranquila permanencia del año pasado, es que se les vendió un plan realmente vacío. Salvo con Joselu, apalabrado previamente, los interlocutores fueron Mao Ye Wu, CEO, y sobre todo Domingo Catoira, director deportivo. Basaron los dirigentes ese supuesto salto en un mercado de fichajes que iba a ser ambicioso. A los tres se les dijo que iba a contar la plantilla con más de 20 millones en ventas para acometer un gran fichaje de relumbrón o bien para invertirlo en varias posiciones que era necesario reforzar. Nada de eso sucedió. Obviamente, el Espanyol lo fió todo a Raúl de Tomás, que acabó siendo traspasado al Rayo Vallecano por sólo ocho millones fijos (más tres variables) y, encima, fuera de los plazos del mercado.

Le vio las orejas al lobo rápidamente Diego Martínez, quien ya el 19 de agosto avisaba: “Tenemos que reajustar las expectativas, porque toca sufrir y luchar”. Lo confirmó al cierre de la ventana de verano. “Sacaremos el máximo rendimiento a lo que tenemos pero la insatisfacción está ahí”, reconoció el 3 de septiembre. Otra cosa es que también participara de la confección de la plantilla y que supiera adaptarse a las nuevas condiciones.

La insatisfacción por las falsas promesas era compartida por la propia plantilla. “Nadie me engaña diciendo que vamos a fichar a Haaland y Mbappé, todos los equipos grandes se han hecho a base de ventas”, razonaba Darder el pasado 10 de marzo en el canal de Twitch del periodista Javier de Haro. “Yo pensaba en una venta grande de 20 millones, pero cuando ves que no llega y luego es a ese precio…”, se lamentaba el capitán, refiriéndose claramente al asunto Raúl de Tomás.

Darder, arropado en su renovación por Mao y Catoira.
Ampliar
Darder, arropado en su renovación por Mao y Catoira.Joan M. BascuDiarioAS

Más preciso aún en su ataque a los actuales gestores se mostró Joselu, el 12 de mayo, en una entrevista para Catalunya Ràdio. “Yo firmo con otra directiva por así decirlo (en alusión a José María Durán y Francisco Joaquín Pérez Rufete), hay en mente otro tipo de jugadores que van a venir a la plantilla”, explicó. Y afinó: “Una de las razones por las que firmo aquí es por el proyecto a corto y largo plazo que quiere hacer el Espanyol. Ya sabéis todos lo que pasó en verano…”, apuntando claramente a la planificación de Catoira.

La deconstrucción de esas falsas promesas sobre las que se creó un proyecto que ha terminado en Segunda División están siendo el principal obstáculo, junto al propio descenso, para que los jugadores más determinantes del Espanyol se queden.

Está claro que no se lo pensará Joselu si el Real Madrid le pone delante un contrato, que además satisfaga los puntos de su contrato como perico. Y ya acabó con Diego Martínez. Pero también, de no mediar rápidamente la salida de Catoira, quien firmó un contrato hasta 2024, puede significar la marcha irrevocable de Darder y otros. Y la planificación de una plantilla que, basada en los criterios del actual director deportivo, difícilmente subiría a la primera. Como sí ha hecho toda la vida el Espanyol.