La fe contra un huracán
Sandro Ramírez sostiene la esperanza de Las Palmas tras nueve partidos sin ganar. El Betis mira a las alturas y, de reojo, a Guimaraes. Isco manda, Moleiro se ausenta.
Betis y Las Palmas quieren extender sus ansias de victoria para tocar el cielo o alejarse del infierno. Uno sonríe y el otro sufre. Los tres triunfos seguidos del equipo de Pellegrini contrastan con los nueve duelos sin ganar del cuadro canario (sigue el partido en directo en AS.com). Hay aires de ilusión en Heliópolis al tiempo que Diego Martínez trata de reencontrar esa receta milagrosa que disparó a Las Palmas cuando aterrizó en su banquillo. ¿Qué queda de esa versión imponente? Sandro levanta la mano. Él lanza carreras, despierta ánimos y suma ocho goles en este campeonato liguero. Es la gran amenaza canaria en un Villamarín que mira de reojo a Guimaraes sabiendo que el jueves próximo hay otra cita de las que puede elevar su grandeza o minimizar su ambición.
Las Palmas mira a Sandro esperando que sus goles sirvan de aval para salvarse. Él tiene la pegada que quizás el Betis añoró durante gran parte de la temporada. Ahora tiene a Cucho Hernández bajo el deseo de estrenarse tras las sombras dejadas por Vitor Roque antes de su adiós. Hay magos que facilitan esa eficacia. El que está es Isco. El que falta es Moleiro, cuya sanción resta creatividad a Las Palmas en esa zona de tres cuartos necesitada de fútbol. Parece un envite de extremos con un Betis lanzado y un cuadro canario aterrorizado, pero el fútbol siempre camina sobre la incertidumbre.
Hay focos también fuera del duelo. Todos añoran a Álvaro Valles. El Betis amagó con un movimiento invernal que no realizó y lo espera en verano. Las Palmas, mientras, vio cómo se escapaba mientras se convierte en el segundo equipo más goleado de la Liga. En cualquier caso, Adrián y Cillessen tratan de agarrar el rol que, ahora más que nunca, sienten como suyo.
El Betis quiere que todos sus focos estén presentes en este cita por mucho que la Conference invite a una semana de nervios. Pellegrini dudará a medias: necesita medir algunos esfuerzos y espera que quizás algunos secundarios de lujo como Abde o Fornals logren dar un paso adelante. El fútbol de los verdiblancos gira alrededor de Isco y de un Antony que parece haber soltado el acelerador por momentos. Y el brasileño no funciona a medias tintas.
Para Las Palmas es una nueva final en esa batalla particular por dejar de bordear el descenso. Sin Mika Mármol ni McKenna, habrá revolución en la zaga. La sanción a Moleiro es otra historia: Martínez necesita su fútbol y lo busca en complementos que hasta el momento no terminaron de dibujar su magia. Fabio Silva no parece el que era y tanto Fuster como Januzaj parecen condenados a ser armas revulsivas. Las Palmas necesita un plan para el Villamarín antes de que el infierno llame a su puerta.
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