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SEVILLA

Indignación en el Sevilla: lo de Negreira prescribe en tres años...

Y la grada de Gol Norte se cierra más de un lustro después de la sanción. La comparación con el Barcelona escuece: 600 sevillistas no verán el duelo ante el Celta.

Actualizado a
El último Barcelona-Sevilla.
RODOLFO MOLINADiarioAS

El cierre parcial de la grada de Gol Norte del Ramón Sánchez-Pizjuán escuece entre la afición del Sevilla. Sobre todo, en estos tiempos en los que colea el caso de Enríquez Negreira y el Barcelona, con la convicción además de que los posibles castigos deportivos a la entidad blaugrana habrían prescrito por haber transcurrido ya más de tres años. De la sanción de Competición al Sevilla, que se produjo en enero de 2017, hace ya más de seis: y sin embargo, tras decidirlo así el Tribunal Supremo, la hinchada nervionense deberá acatar la pena.

La clausura de dos sectores del estadio implicará a unos 600 aficionados, que no podrán asistir en vivo al importante partido que el equipo ya de Mendilibar tiene el próximo Viernes Santo, ante el Celta. Evidentemente, a efectos judiciales, todo tiene un porqué: el proceso que desemboca en el cumplimiento de la sanción para el Sevilla comenzó justo después de que se dictase el castigo por un tribunal deportivo, en este caso el Comité de Competición. No importa que luego, debido a los recursos incluso ante la justicia ordinaria, hayan pasado 6, 10 o 15 años . En el asunto de Negreira y el Barcelona, la justicia deportiva tendría que tomar cartas en el asunto, si lo hiciera, más de tres años después de que se produjeran los últimos indicios delictivos.

Curiosamente, la última Ley del Deporte, aprobada por el Congreso el pasado 22 de diciembre, recoge en su artículo 112 que “las infracciones muy graves prescribirán a los tres años, las graves a los dos años y las leves a los seis meses”. Algo que mucho ciudadano de a pie no acaba de entender pero que, al menos en las competiciones domésticas, librará al Barcelona de verse afectado judicialmente por el caso Negreira. Otra cosa es lo que decidan la UEFA y la FIFA, que han abierto su propio expediente.

En el Sevilla y el sevillismo, sin embargo, están que trinan con lo que consideran un tremendo agravio comparativo. Aunque la ley se ponga en este caso del lado azulgrana, el perjuicio parece más que evidente y el sinsentido de tener que cumplir una sanción que a efectos futbolísticos parece casi prehistórica, también.