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BETIS

Fekir, el capitán imprevisible

El francés toma el liderazgo en el Betis en pleno escenario de interrogantes. Pellegrini le da todos los galones y él no se ve fuera del proyecto.

Actualizado a
Fekir, ante el Elche.
Toni RodriguezDiarioAS

Fekir asumió el brazalete de capitán en el primer envite liguero del Betis ante las circunstancias. Sin Canales, lesionado, ni Guardado y Joaquín, no inscritos debido a los problemas con el tope salarial, el francés acompañó su liderazgo con una capitanía que Pellegrini no dudó en entregarle. Su rol en su esquema es primordial: tiene absoluta libertad para moverse por el campo y genera superioridades que resultan diferenciales. Nunca escondió el técnico chileno este amor prioritario sobre el ex del Lyon. En un reciente reportaje de The Guardian, el técnico incidía en que su jugador tenía nivel para jugar en un club grande de máximas aspiraciones. Preguntado acerca de si le trasladaba ese mensaje al jugador, fue rotundo: “No se lo digo porque no quiero que se vaya”. Y esa realidad está muy presente en Heliópolis.

El buen nivel de Fekir en el debut liguero ante el Elche esperanza al Betis. No llegaron este verano ofrecimientos por el jugador pese a su gran campaña pasada, pero las alarmas siguen presentes ante el inesperado escenario del club en relación a sus necesidades económicas. El francés no piensa en salir, pero el propio Pellegrini avisó sobre este contexto que cualquier vía de salida sería contemplada por la entidad.

Fekir quiere ser más decisivo en la Liga y Pellegrini insiste en que tenga aún más peso en el juego del equipo. En el estreno del presente campeonato, las dudas entraron en liza al ver una tarjeta amarilla en los primeros minutos que condicionaron su juego hasta su sustitución. Precisamente esa capacidad de control del futbolista es uno de los focos en los que se centra el técnico de cara a sus capítulos de mejora. Ya fue clave en dos de los tres goles del equipo verdiblanco en la primera cita y se espera que su rendimiento sea creciente. Tiene el reto de pelear por el Mundial de nuevo y ganarse la confianza de Didier Deschamps. Todo ello bajo una capitanía imprevisible que, de momento, no tiene una fecha de caducidad.