¿Está haciendo buena temporada el Real Valladolid de Pacheta?
Cuando quedan tan solo tres jornadas de Liga antes del parón del Mundial, es bueno hacerse esta pregunta, hacer balance, reflexionar, sacar algunas conclusiones, errores que no se pueden volver a cometer y ver en qué se puede mejorar. La primera parte de este campeonato en Primera División está siendo dura para muchos equipos, y el Real Valladolid no está siendo la excepción.
Muchas lesiones, un calendario cargado de partidos, en el que Pacheta ha tenido que tirar de muchos canteranos para completar una lista de convocados. Bajas importantes como las de Shon Weissman o Gonzalo Plata, que coincidieron en el tiempo, también la de Kenedy, futbolista del que se espera mucho esta temporada, y que se está perdiendo esta primera parte del campeonato; la lesión de Luis Pérez, unida a la de Iván Fresneda, en el lateral derecho del equipo; la ausencia del defensa central que estaba en un estado de forma imperial como El Yamiq, la baja para toda la temporada de la navaja suiza y el jugador más polivalente de la plantilla como es Anuar. Cualquier entrenador de un equipo recién ascendido a Primera División, con este parte de guerra de jugadores claves, se hubiera escudado en las bajas. Pacheta no se quejó en ningún momento y eso reforzó al grupo, en los peores momentos. Otros jugadores han dado un gran paso adelante para tirar del carro como Sergio León, Óscar Plano o Jordi Masip.
Hay que darle mucha importancia a la gestión deportiva y del grupo que ha hecho el técnico burgalés desde que tomó las riendas del Real Valladolid la temporada anterior. El crecimiento en lo futbolístico del equipo es evidente y el sello del entrenador convierten al Pucela en un conjunto que sabe a lo que juega. Es Pacheta un hombre tranquilo en la época de vacas gordas y eufórico en la época de vacas flacas. Y ni sacó pecho tras la holgada victoria frente al Celta de Vigo, ni tampoco tras la victoria por la mínima frente a la Real Sociedad, un equipo que contaba por victorias sus últimos ocho partidos disputados entre Liga y Europa League, por donde caminan con paso firme. Poca broma que diría aquel y que sirve para poner en valor el trabajo del entrenador burgalés.
Bajo mi modesta opinión, el Real Valladolid está haciendo una muy buena temporada en este primer tramo del campeonato antes del parón del Mundial. El equipo de Pacheta se ha sobrepuesto a la plaga de lesiones de futbolistas importantes y a los nuevos fichajes que no están rindiendo como se esperaba, ha logrado sacar puntos frente a rivales teóricamente superiores como fue el empate en Sevilla, otro punto logrado contra el Real Betis de Manuel Pellegrini, las victorias en casa frente a Celta de Vigo y Real Sociedad. Derrotando a equipos de “su liga” como el Almería, y con el único borrón, que fue el accidente frente al Cádiz en el estadio José Zorrilla. El Pucela se encuentra en el puesto undécimo de la tabla clasificatoria con 14 puntos y cinco por encima del Girona, que en estos momentos, marca el descenso a Segunda División. ¿Quién no hubiera firmado estar así a estas alturas al principio de temporada?.
Aunque las victorias dan mucha alegría, confianza, ilusión, y también dan puntos, apenas hay tiempo para celebraciones puntuales y en lo que toca pensar es en su nuevo compromiso este domingo en El Sadar a las 14:00 horas. Seguro que el de Salas de los Infantes ya sabe cómo contrarrestar al Osasuna de Jagoba Arrasate, que le derrotó en un partido amistoso disputado en el Plantío en el mes de septiembre.