Aprobados y suspensos del Sevilla: El banquillo ya no es tan malo para equivocarse así
El Sevilla sobrevive milagrosamente en la primera parte y se hunde en la segunda por la nefasta gestión de los cambios de Sampaoli
Bono: Que el Sevilla llegara a la hora de partido sin recibir ningún gol fue culpa suya.
Montiel: La persecución que hizo con la mirada a Jordi Alba en la acción del 1-0 habla muy mal de él. La que hizo a Gavi en el 2-0, peor.
Badé: No estuvo mal para todo con lo que tuvo que lidiar.
Gudelj: Más o menos como Badé.
Rekik: Sobrevivió como central, pasó las de Caín en el lateral.
Acuña: El mejor jugador de la Liga en el mes de enero inició febrero lesionándose.
Pape Gueye: Debutó, mostró cositas interesantes, también otras de torcer el gesto y se fue del campo medio lesionado.
Jordán: No estuvo mal pero recordará este partido por el papelito que le pasó Sampaoli para que se encargara de recolocar al equipo. El Quijote.
Rakitic: Ni en la plenitud de su carrera se le situó de falso nueve. Hacerlo a estas alturas tiene escasa justificación.
Óliver: Hizo lo que pudo, pero el Sevilla no olía la pelota y él, tampoco. Se quedó en la ducha tras la primera mitad.
En-Nesyri: Trabajó en la presión e intentó dar aire con sus desmarques pero acabó tocado la primera parte y fue sustituido en el descanso.
CAMBIOS
Bryan Gil: Agitó el partido, pero fue insuficiente.
Lamela: Una máquina de tomar malas decisiones.
Ocampos: Lo intentó.
Fernando: ¿Para qué entró con el partido sentenciado? ¿Para arriesgarse a una lesión?