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REAL VALLADOLID 1 - VALENCIA 0

Aprobados y suspensos del Pucela: Llegar y besar el santo

Machís y Larin resultan decisivos para un Real Valladolid que va de menos a más hasta hacerse acreedor de los tres puntos.

Actualizado a
29/01/23 PRIMERA DIVISION PARTIDO 
REAL VALLADOLID - VALENCIA 
GOL DE LARIN 0-1
ALEGRIA
PHOTOGENICDiarioAS

Viendo cómo cambió el Real Valladolid de la primera a la segunda parte, talmente pareciera que al descanso Pacheta hubiera obrado un milagro al más puro estilo de Hollywood. El técnico negó que lo hiciera en la rueda de prensa posterior a la victoria ante el Valencia, en cualquier caso, balsámica, y en la que Machís y Larin hicieron bueno aquello de “llegar y besar el santo”, participando en el gol que otorgó a los blanquivioletas los tres puntos.

Masip: Atento para repeler abajo un testarazo de Cavani en un córner. Se hizo grande ante Musah para evitar su tanto en el mano a mano. Se fue a vestuarios con cara de héroe, pero no necesitó tanto en una segunda mitad en la que el Valencia apenas le exigió.

Lucas Rosa: Fallón en sus primeros contactos, en los que mostró nervios y poca pulcritud en lo técnico. Sin embargo, asomó en campo rival con el paso de los minutos, más que Olaza, y completó varias acciones defensivas buenas, como tres entradas o los cuatro duelos que ganó.

Joaquín: En la primera mitad se fue entonando, después de un arranque con muchas dudas. Acabó agrandándose, líder, ante momentos en los que jugadores rivales se tiraban buscando la triquiñuela del penalti. Terminó el partido con siete despejes, quien más registró, y con una buena tarjeta de pases.

Javi Sánchez: En la primera mitad, cuando el equipo más sufría, realizó una buena intervención abajo para evitar el pase de la muerte de Yunus. Acumuló buenas acciones defensivas, secundando bien a Joaquín, y también con balón estuvo a un buen nivel.

Olaza: Superado en las intentonas valencianistas por su lado, por donde Musah aparecía a sus espaldas, en los intervalos, con calidad. Después de un primer periodo bastante malo, mejoró en el segundo, en el que estuvo más seguro y trató de asociarse más de una vez con Machís.

Roque Mesa: Con personalidad para intentar salir con el balón jugado. Fue poco a poco imponiendo su juego, hasta ser dominador en el segundo tiempo. La templanza que pedía a sus compañeros la demostró a menudo, aunque ello conllevara alguna pérdida.

Aguado: Empezó cometiendo alguna pérdida preocupante, aunque se templó con el correr del reloj. Estuvo más bien gris, con una participación bastante menor de la que acostumbra con balón. Fue sustituido en la segunda parte, cuando Pacheta apostó por variar el dibujo.

Kike Pérez: Infatigable en la presión, lo que le llevó a cometer faltas, y lanzando rupturas buscando generar líneas de pase. Las sensaciones de la primera mitad, de exceder las revoluciones que marcaba el contexto, se tornaron en la segunda en una buena actuación, sobre todo, tras el matiz en el dibujo.

Óscar Plano: Abandonó la banda para combinar en una zona central donde no pudo impactar. Sorprendió desde muy lejos en los primeros compases, en la segunda mitad, para rozar el gol con un zapatazo. A bocajarro, remató alto un buen centro de Machís.

Darwin Machís: Las dos primeras que le cayeron se convirtieron en acciones de cierto peligro. Inicialmente se inhibió en defensa, lo que desprotegió más a Olaza, pero mostró chispita en ataque. En el segundo tiempo elevó ese compromiso y mostró fatiga, pero acabó siendo decisivo con un centro genial.

Sergio León: Intentó en algún arreón aparecer con acciones individuales que intentasen espolear a sus compañeros en los peores momentos. Por desgaste, desde luego, no fue, pero estuvo lejos de su mejor actuación (y eso que acertó los ocho pases que intentó...).

También jugaron en el conjunto de Pacheta:

Luis Pérez: Hizo exactamente lo que le pidió Pacheta antes de que saliera al tapiz; fue profundo, vertical, corrió con esa potencia de sus mejores días. Ganó duelos y participó bastante, y bastante bien en las entregas en corto, aunque sus compañeros no encontraron ninguno de sus centros.

Plata: Pudo marcar en el segundo balón que tocaba tras comerle la tostada a Gayá, pero Mamardashvili lo evitó. En otro disparo, demasiado centrado, el portero evitó su acción, de nuevo, tras un robo. Incisivo, se acercó a sus mejores tardes. El gol nace de una recuperación suya.

Monchu: Refrescó el centro del campo el último cuarto de hora de partido. No llegó a participar demasiado, aunque sí buscó sorprender en una acción a pelota parada.

Cyle Larin: Casi diez horas después, el Real Valladolid pudo decir ‘Cay’larín’ colorado, la sequía se ha acabado. Como afirmó Pacheta, cayó de pie. Todo lo que hizo lo hizo bien, en un debut prometedor y que valió tres puntos.

David Torres: Actuó, otra vez, lateralizado, algo extraño para él, pero que no le impidió avanzar líneas ante la necesidad que tenía el equipo.