REAL VALLADOLID

Detrás de la Copa de la Liga hay una buena novela

‘El escudo que llevas en tu pecho’, obra del periodista Santiago Hidalgo, mezcla realidad y ficción con la base del título logrado hace cuatro décadas.

Montse Álvarez

La historia del Real Valladolid da para escribir muchas líneas y convertirlas en libros y algunos de sus capítulos aún más. Este año se cumplen 40 años del único título nacional que tiene el conjunto blanquivioleta, la famosa Copa de la Liga que obtuvo en 1984 después de una trayectoria llena de remontadas y con el Atlético de Madrid como rival en la final.

Sobre esta base, el periodista Santiago Hidalgo ha configurado una novela que tiene su parte de realidad y otra en la que la ficción tiene su parte (lado) más creativo . “El fundamento de la novela ‘El escudo que llevas en tu pecho’ es ese; tiene dos instantes temporales y uno de ellos es la fecha del 30 de junio de 1984 en el que el Valladolid gana la Copa de la Liga”. Con ese fin, el autor del libro lo que se hizo fue hablar con muchos de los protagonistas de aquel momento, desde los jugadores, Moré, Jorge, Gail, Richar, Minguela... hasta el entrenador Fernando Redondo, Ramón Martínez director deportivo, Santi Llorente y “que todos me contaran como fue ese día, la parte real de la novela, aunque hay otra parte que lógicamente es ficción”.

Dentro de esas píldoras de realidad hay cosas muy curiosas que el autor relata: “Aquella tarde-noche se concentraron en el antiguo Hotel Parque, al que llegaron en sus coches particulares y después de comer, jugaron la típica partida de cartas y luego subieron con sus coches al estadio... ya vemos que desde entonces las cosas han cambiado mucho”. También hay una versión desde el punto de vista del rival en el que estaba Chus Landáburu bajo la dirección de Luis Aragonés”.

Siguiendo con detalles que son especiales Santi Hidalgo cuenta que “enseguida me di cuenta que era un tema muy ‘novelesco’, que detrás de la Copa de la Liga había una novela. Hay muchas referencias de prensa de ese día y en concreto en el Norte de Castilla. El mismo día de la final, a pesar de ser el encuentro más importante de la historia, no sale nada en la portada del periódico, ni una mínima referencia, pero aún hay más; el partido se juega el 30 de junio y como hubo prorroga, acabó muy tarde, cerca de las 12, este hecho dificultó la labor sobre todo de los fotógrafos a los que no dio tiempo a bajar del estadio con la foto clave, la que conocemos de Moré levantando la Copa. La crónica la cónica fue con una foto de partido normal y esa foto icónica no se pudo publicar hasta el martes siguiente ya que los lunes no había por aquel entonces periódicos en los kioscos, salvo la Hoja del Lunes. El redactor que firmó la previa y que era el cronista titular del periódico para los partidos del Valladolid, Javier González, había programado sus vacaciones para ese mismo día con viaje a Roma incluido, por lo que no pudo hacer el partido y fue Ángel María de Pablos el que tuvo que hacer esa crónica deprisa y corriendo por las horas y los cierres de imprenta que entonces eran mucho más estrictos y emplazó a los lectores al amplio resumen del martes siguiente”.

Salió de la cantera del Barcelona pero destacó en el Real Valladolid donde ganó la Copa de la Liga.

Que las cosas eran distintas es evidente, pero hay detalles que lo avalan y es que según relata Santiago Hidalgo “la celebración fue modesta, en el vestuario y simplemente con algo de champán, y cuando acaban todo el mundo se va a casa y la Copa quedó en el suelo del vestuario; el utilero del momento, el clásico Tomás Martín, se dio cuenta y para que no se extraviara o deteriorara, se la llevó a casa, aunque primero pasó por un restaurante cercano, la Goya en el Puente Colgante, a cenar y junto a él, la Copa de la Liga. Al día siguiente la volvió a llevar al estadio donde ya quedó hasta el día de hoy”.

Hablando de celebraciones, hoy en día estamos acostumbrados a la foto de los equipos cuando ganan títulos pasando por las instituciones y celebrando con el público, pero aquella vez “no fue así, no hubo celebración ni se recibió al equipo, aunque si hubo un pequeño acto en el que se le regaló un llavero a algunos miembros de la plantilla y no hubo más porque era 30 de junio y al día siguiente la mayoría se fue de vacaciones y apenas hubo nada oficial”.

La Copa de la Liga siempre tuvo detrás la leyenda de que se la inventó Núñez, presidente del Barcelona, que en aquella época no lograba ganar nada y era una opción más, de hecho en las cuatro ediciones que hubo de esta competición dos las ganó el Barcelona, una el Real Madrid y otra el Real Valladolid que ganó al Atlético de Madrid que a su vez había eliminado aquel año al Madrid y al Barça. “Tenía prestigio porque participaban todos los equipos de Primera División; no ha sido un título bien tratado con el paso del tiempo y ni siquiera en aquel momento se le dio la trascendencia que luego ha ido ganando con los años, sobre todo para el Real Valladolid”.

Hasta aquí la parte de realidad, pero para que sea una novela, tiene que tener su parte de ficción y de imaginación del autor y la historia tiene su miga: “40 años después de esos acontecimientos, en 2023 la responsable del club se encuentra con que el escudo del estadio ha sido robado, quiere decir que el escudo que estaba colgado frente a Los Anexos alguien lo había descolgado y se lo había llevado. Detrás de todo esto hay una historia de ficción, de mala suerte, de fortuna, de leyenda, mezclado con otros equipos que jugaron ese día en la cuidad, el Asklepios y el Boecillo, que pugnaron por el ascenso a Preferente y sin desvelar más, son parte de esta novela”.

Dentro de esa parte más novelada está la parte que le confiere un toque más místico “hay un tema que puede ser más de humor... Cuando se llevan el escudo es como una especie de fetiche y hablo de que ese emblema escudo contenía la famosa falda de la Reina Sofia que se quitó por frío en aquella final de Copa del Rey entre Real Madrid y Sporting; su majestad llegó a Zorrilla en falda y apareció en el palco en pantalón. En el libro se cuenta que alguien metió en el escudo junto a los periódicos del día de la inauguración, las faldas de la reina, el maletín de ‘jeque anulagoles de Kuwait’... una historieta para justificar una maldición y dar un toque de imaginación a la narración y por ese escudo andan peleando en el relato unos y otros… No puedo desvelar más”.

El libro ‘El escudo que llevas en tu pecho’ ha volado, pero a través de su autor aún se pueden conseguir, aunque quedan pocos ejemplares y habrá que esperar a una nueva edición de la obra de Santiago Hidalgo con la Copa de la Liga como fondo.

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