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MIGRANTES DEL BALÓN

Daniel De Castro, un español en el Shakhtar: “En la calle no se nota que el país está en guerra”

El español Daniel De Castro, preparador físico del Shakhtar Donestk, relata en AS los detalles del regreso del fútbol a Ucrania. 

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El español Daniel De Castro, durante un entrenamiento del Shakhtar Donestk en Ucrania

“El fútbol ayuda, sobre todo en los momentos más difíciles. Nos olvidamos de todo durante 90 minutos e intentamos hacer una vida normal”, dijo el ucraniano Oleg Soldatenko en el Congreso Europeo de Hinchas que tuvo lugar el pasado mes de julio en Frankfurt. Y aunque Ucrania continúa siendo atacada por Rusia y los civiles muertos se cuentan por miles, el balón vuelve a rodar en Kiev y el fútbol ya funciona como excusa para evadir el dolor. La Premier League ucraniana, cuya temporada 2021/22 fue suspendida por culpa de la guerra, arrancó esta semana entre sirenas antiaéreas y estadios listos para servir como refugio. “El protocolo es muy sencillo: si suena la alarma tenemos que refugiarnos en los vestuarios, que son todos subterráneos. Si la sirena suena más de 20 minutos tenemos que esperar otros 10 para volver a salir y si suena más de una hora el partido se suspende. Los equipos deben decidir cuando se juega. Si es ese mismo día tiene que ser antes de las 19:00 porque hay toque de queda a las 23:00″, relata el preparador físico canario Daniel De Castro, uno de los dos españoles que forman parte del cuerpo técnico de Igor Jovicevic en el Shakhtar Donetsk -le acompaña el preparador de porteros Curro Galán-. “El Rukh Lviv-Metalist Kharkiv se paró tres veces y se siguió jugando. Tardaron más de tres horas en acabar el partido. Es prácticamente otro deporte”, añade De Castro.

“Si quitas las sirenas, que suenan dos o tres veces cada 24 horas, en Kiev el día a día es completamente normal. La gente sale a comer en las terrazas, los niños juegan en los parques...”

Daniel De Castro

Tras trabajar en Tanzania junto a Pablo Franco, ayudante de Julen Lopetegui en la selección española y el Real Madrid, Daniel De Castro sustituyó a Izan Martín en el ‘staff’ Jovicevic. “Al principio me dijeron que viviríamos en Polonia y que se estaba barajando lugar la liga fuera del país. Luego que jugaríamos en Ucrania, pero lejos de la zona de conflicto. Y estando de pretemporada en Países Bajos nos comunicaron que íbamos a jugar las dos primeras jornadas en Kiev. Piensas: ‘Joder, allí hace cuatro meses había tanques en todas las calles’. Estuve dudando un par de días, pero después te tranquilizas. Si han decidido jugar aquí es porque saben que es seguro”, relata el preparador físico canario, que hace vida “normal” sin olvidar que se encuentra a tan solo unos kilómetros del conflicto bélico: “Si quitas las sirenas, que suenan dos o tres veces cada 24 horas, en Kiev el día a día es completamente normal. La gente sale a comer en las terrazas, los niños juegan en los parques... Que el país está en guerra no se nota ni en el ambiente ni en el comportamiento de la gente y eso da cierta tranquilidad”. De camino a la ciudad deportiva, sin embargo, sí resuenan los ecos de la batalla: “Se ven barricadas, los bloques de hormigón que pusieron para frenar los tanques, rastros de balas y explosivos y algún edificio dañado por las bombas. Impresiona, la verdad”.

El fútbol regresó a Ucrania entre sirenas antiaéreas y con estadios listos para servir como refugio | Shakhtar Donestk
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El fútbol regresó a Ucrania entre sirenas antiaéreas y con estadios listos para servir como refugio | Shakhtar Donestk

La Premier League ucraniana echó a rodar con 16 participantes y la obligada ausencia de Desná Chernígov y FC Mariupol, cuyas ciudades e instalaciones fueron severamente dañadas por el ejército ruso. Tal y como anunció la organización, los partidos se disputarán a puerta cerrada, “cumpliendo con todas las medidas de seguridad y bajo la estricta supervisión del ejército, las fuerzas del orden, el Ministerio de Juventud y Deportes y las autoridades locales”. “La celebración de la competición ayudará a enviar un fuerte mensaje de esperanza. Tendrá una misión social y servirá como consuelo para nuestra gente”, añadió Andriy Pavelko, presidente de la Asociación de Fútbol de Ucrania. Será ese el contexto en el que el Shakhtar Donetsk buscará conquistar la 14ª liga de su historia, algo complicado después de haber perdido a prácticamente todos sus futbolistas extranjeros. “Somos el equipo que más ha sufrido. El Shakhtar siempre se ha nutrido de jugadores brasileños y todos se han ido por la guerra, pero también porque el poder económico del club no es el mismo. Ahora tenemos una plantilla muy joven con un núcleo de jugadores locales llamados a dar un paso al frente. Nuestro mayor competidor es el Dinamo Kiev, que ya tenía la base de la selección y ha acusado menos la guerra porque los ucranianos se han quedado”, analiza Daniel De Castro desde Kiev.

Tras disputar las dos primeras jornadas de la Premier League ucraniana en Kiev, el Shakhtar Donetsk se instalará en Varsovia, donde disputará como local los partidos correspondientes a la fase de grupos de la UEFA Champions League. El equipo de Daniel De Castro y Curro Galán jugará la liga ucraniana en Lviv, a 400 kilómetros de la capital polaca. “Tendremos que ir en bus porque no hay tráfico aéreo y para cruzar la frontera ya necesitamos más de tres horas”, descubre De Castro, cuyo equipo está “obligado” a competir: “Somos el Shakhtar. Nos costará estar al nivel del Dinamo porque tenemos una plantilla muy joven, pero sigue habiendo una gran diferencia respecto a otros clubes”. El preparador físico canario ya sabe lo que es disputar partidos de gran exigencia, pero no será hasta esta temporada cuando debute en una competición del prestigio de la Champions. “Me haría ilusión que nos tocara algún equipo español o poder visitar algún escenario mítico como Anfield. O jugar contra el PSG de Neymar, Mbappé o Messi, una experiencia que no olvidaría en la vida. Del bombo cuatro espero que nos toque alguno contra el que podamos competir”, sentencia el español Daniel De Castro desde Ucrania, un país que busca recuperar la normalidad a través del fútbol.