Xabi catapulta a Fran García
El lateral zurdo ha disputado todos los minutos en este Mundial de Clubes. En medio del runrún por su futuro, el manchego, completamente adaptado al esquema de Xabi Alonso, alza la voz.
En un Real Madrid en plena transición, donde Xabi Alonso comienza a imprimir su sello táctico y su nueva jerarquía se abre paso entre las estructuras del pasado, hay jugadores que han entendido mejor que otros que este momento es una oportunidad. Uno de ellos es Fran García. El lateral zurdo, canterano blanco, ha dejado de ser un simple recurso de plantilla para convertirse en una pieza fundamental del equipo durante el Mundial de Clubes.
Lo que parecía un parche por la baja de Mendy ha terminado siendo una carta ganadora. Y no porque Fran García se haya transformado en un Marcelo de la noche a la mañana, sino porque ha sabido adaptarse a un nuevo contexto, más exigente y con menos margen de error.
Del banquillo a los focos
Hasta hace no mucho, Fran era el tercer nombre en la rotación de un lateral izquierdo que parecía cerrado. Mendy era el titular por jerarquía (y por su renovación oficiosa hasta 2027), y cuando se hablaba del futuro, el club mira más hacia fuera (como lo demuestra el fichaje de Álvaro Carreras, un asalto que se retomará tras el Mundial) que hacia dentro. Pero el fútbol, como la vida, se construye también en los márgenes: lesiones, descansos y contextos imprevisibles han hecho que Xabi Alonso mire hacia el ex del Rayo Vallecano como una solución inmediata.
Y Fran respondió. Lo ha hecho sin estridencias, sin grandes titulares, pero con eficacia. En los cuatro partidos del Mundial de Clubes ha sido titular, ha completado minutos con consistencia física, y sobre todo, ha comprendido su rol en el esquema 3-4-1-2 que propone el nuevo técnico. Ya no se trata sólo de defender. En este Madrid, los laterales (o carrileros, para ser precisos) deben volar por banda, generar amplitud, ser opción ofensiva constante y, al mismo tiempo, cerrar con rigor en repliegue.
La evolución táctica, clave en su crecimiento
Bajo Ancelotti, Fran García era un lateral más contenido, cuyo margen de acción se limitaba a cubrir su zona y doblar en ataque cuando el contexto lo permitía. Con Xabi Alonso, esa función ha mutado. El tolosarra le exige profundidad, agresividad con el balón y recorrido. Y ahí Fran ha dado un paso adelante. Aún comete errores en el retroceso –como es natural en alguien que no nació para ser carrilero puro–, pero su compromiso mental y, sobre todo, físico, ha sido incuestionable.

Lo más notable no ha sido un gol ni una asistencia espectacular, sino su regularidad: Fran no desentona. En un equipo lleno de estrellas, no parecer fuera de lugar es ya una victoria.
¿Y ahora qué?
La gran pregunta que se hace el madridismo es si esta versión de Fran García es circunstancial o sostenible. El fichaje de Álvaro Carreras, joven y con gran proyección, amenaza con devolver a Fran al banquillo más pronto que tarde. Es la realidad y la intención interna. Pero él ha conseguido lo más difícil: crecerse en medio de la tempestad, refrendar ese respeto del vestuario que siempre ha tenido y convencer a la grada de que puede ser algo más que un comodín.
En un club como el Real Madrid no basta con cumplir. Hay que destacar. Fran aún no lo ha hecho de manera rotunda, pero está construyendo una narrativa que puede tener continuidad si mantiene el nivel, reduce errores defensivos y afina sus centros. El margen de mejora existe. La competencia también.
Un escaparate llamado Mundial de Clubes
El torneo, a menudo visto como una obligación más que como un objetivo, ha servido de escaparate perfecto para él. Mientras otros pensaban en las semifinales o en el posible choque contra el City, el de Bolaños de Calatrava simplemente salió al campo y cumplió. Ha sido una presencia constante, sin dramas, sin deslices que comprometan al equipo. En un club que busca estabilidad defensiva y energía en las bandas, eso vale oro.
Fran García no ha revolucionado al Madrid, pero se ha ganado su espacio. En un equipo en reconstrucción bajo los mandos de Xabi Alonso, eso es mucho más que una anécdota. Es una oportunidad ganada. Y en este club, las oportunidades, cuando se aprovechan, se pueden convertir en historias duraderas.
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