Omar Nicolás, el ‘arquitecto’ de Patriotas: “Nuestro campo está a 2.800 metros y los rivales mueren”

Entre Alquerías y Boyacá hay más de 8.000 kilómetros. La una, al abrigo de Murcia. La otra, de Tunja. Colombia y España. Dos paisajes antónimos con un hilo conductor: Omar Nicolás Fenoll. Pues el salto transoceánico no solo es cosa de futbolistas. No solo buscan jugadores españoles al otro lado del charco, también ‘arquitectos’. Como Omar. Un director deportivo joven... y veterano. Con 32 años, pero con la mochila llena de experiencia. En el fútbol, en su etapa como jugador, y también en los despachos. Un cóctel que llamó la atención de un histórico en Colombia. Patriotas, un club recién descendido a segunda con una doble misión: volver a Primera y desarrollar los cimientos para asentarse en la élite. El elegido fue Omar. Y, desde febrero, hay acento murciano en Boyacá.

Un salto importante. Mucho. Que hizo pensar a Omar tras haber sido director deportivo del Mar Menor y el Racing Cartagena. Por el salto cultural y por el reto. Pero tras madurarlo, no dudo. Fue César Guzmán, el presidente, el que apostó por él. “Veranea en España y es un enamorado de nuestra cultura y nuestro fútbol. Tiene una mentalidad muy europea y quiere modernizar no solo el primer equipo, sino el club. En todos los ámbitos. Empezando por la cantera. Y fue un proyecto que me llamó mucho la atención”.

“Patriotas es un club histórico, que ha formado a muchos internacionales, pero hace ocho o nueve años que eso no pasa. Por eso, el presidente quiere desarrollar una nueva metodología, empezando por categorías inferiores”, contextualiza. Y Omar, antes de continuar, lanza un aviso sobre un proyecto de esa cantera que se está potenciando: “Tenemos a un chico de 19 años, Fernando Torres, centrocampista, que acabará dando el salto. A la Premier o otra gran liga europea, seguro”.

A 2.800 metros

Mucho trabajo y mucho viaje. “No paro, veo partidos en todas partes”. Pero está encantado. “Me ponen todas las facilidades del mundo. Tanto para viajar como para trabajar en casa. Todo lo que pedimos lo tenemos: GPS, cámaras para entrenar...”. Todo. Y como resultado, los resultados: “Están saliendo bien las cosas, tengo muchos medios y mucha libertad”, sonríe en conversación con AS. Ese “bien” va acompañado de números. Patriotas es segundo, aunque a solo dos puntos del Inter Palmira y con la visita al Real Cartagena pendiente (esta madrugada, 2:00 hora española). Si hay triunfo, habrá liderato. Aunque no podrá contar con un factor decisivo, más que nunca, para lograrlo: el factor campo: “Colombia tiene costa y altura. Y hay una enorme diferencia. Nuestro campo está a 2.800 metros y los rivales mueren”, ríe. “Millonarios perdió y la gente no se lo explicaba”.

Desarrollar “aviones”

En Patriotas, y en Colombia, se ha encontrado una liga muy profesional en algunos aspectos: “Nuestra ciudad deportiva no tiene nada que envidiar a la de equipos de Primera de España, con gimnasio, piscina, un hotel, varias salas para diferentes menesteres, autobús propio... Yo tengo todas las herramientas que necesito para analizar...”. Pero no tanto en otros: “Hay mucho atraso en nutrición, condiciones, metodología... Hay buenos futbolistas pero hay mucho margen de mejora”. Y en ello están incidiendo: “Técnicamente son inferiores, pero físicamente son espectaculares. En nuestro equipo hemos metido alimentación y lo cuidamos todo mucho más detalladamente. Ha mejorado mucho. Había jugadores fuera de peso, porque comen por cultura mucho hidrato, pero ahora son aviones”.

Un sueño y un objetivo

En el plazo corto, su objetivo es claro: “Mi sueño es subir a Primera y jugar un año ahí con mi equipo”. No lo duda. Ponerle el lazo a un proyecto potente y donde “el dinero no es un problema”. Un proyecto que le ha permitido tener unas herramientas que meses atrás era impensable que podría manejar: “Estando en el Mar Menor, en Segunda RFEF, era complicado incluso dar el salto a Primera RFEF. En cambio, con la experiencia que estoy adquiriendo aquí...”. Porque, una vez cumplido su sueño colombiano, Omar tampoco duda al hablar de su gran anhelo en el plazo medio: “Hacer carrera en Europa”. A 8.000 kilómetros de casa, pero más cerca de su sueño.

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