Mundial de Clubes 2025

Las vacaciones de Auckland acaban en bochorno

Connor Tracey, portero de Auckland, que trabaja en un almacén y ha pedido permiso para estar en el Mundial, encajó diez goles del Bayern. Críticas al formato.

AME6138. CINCINNATI (ESTADOS UNIDOS), 14/06/2025.- Jugadores del Auckland City Football Club caminan en el campo del Estadio TQL este sábado, en la previa del partido de mañana frente al Bayer Múnich por el Mundial de Clubes, en Cincinnati (Estados Unidos). EFE/Juan Ignacio Roncoroni
Juan Ignacio Roncoroni
Aritz Gabilondo
Aritz Gabilondo (San Sebastián, 1980) es redactor jefe de fútbol internacional de AS. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, empezó su carrera en El País y desde 2002 trabaja en AS. Ha cubierto Mundiales, Eurocopas y Juegos Olímpicos para este diario. Es comentarista de fútbol internacional en Cadena Ser, Movistar+ y Mediaset.
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“Esto era lo que todos temían. Cuando se produjo el sorteo del Mundial de Clubes, el emparejamiento ante el Bayern provocó escalofríos. Con razón: el conjunto alemán acabó infligiendo una paliza de dos dígitos al Auckland”, escribió el New Zealand Herald sobre el sonrojante 10-0 encajado por el equipo neozelandés en su debut mundialista.

Un resultado que generó una catarata de críticas por el hecho de que el campeón de la Champions de Oceanía, el auténtico dominador de aquella Confederación con 11 títulos ganados de los últimos 13, está en el puesto 5.074 mundial según la base de datos de Opta, lo que obviamente invitaba a que pudiera llevarse una goleada de escándalo como la recibida.

“Este resultado nos deja más preguntas aún sobre el nuevo formato”, escribió la BBC. La ampliación del Mundial a 32 equipos abre la puerta a más conjuntos poderosos, pero también amplía la distancia entre todos ellos y los más débiles. Auckland ya no pierde en primeras rondas como antes en los Mundiales, ahora es goleado con estrépito por cualquiera que se encuentre.

Las vacaciones de Auckland acaban en bochorno
S. Mellar

Su portero, Connor Tracey, quien trabaja como supervisor en un almacén de suministros veterinarios distribuyendo medicamentos y alimentos a veterinarios de toda Nueva Zelanda, fue el héroe negativo de la tragedia deportiva. Tuvo que pedirse vacaciones en el trabajo para pasar a la historia como el guardameta que recibió la mayor goleada en la historia de los Mundiales de Clubes.

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El portero, de 28 años, que realizó siete paradas a pesar de recibir diez goles, admitió que merece la pena la experiencia aunque el resultado fuera doloroso: “Tuve que combinar vacaciones con días libres en el trabajo para poder estar aquí. No importa. Será difícil pagar los próximos alquileres y las cuentas, pero jugar contra el Bayern, el Benfica y Boca vale cien por cien la pena”.

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