Qué fue de Highbury, el mítico estadio del Arsenal que fue derrumbado en 2006
El Arsenal recibirá al PSG en Champions, pero será en el Emirates Stadium, su actual casa.

La pasión por un equipo no tiene que ver, únicamente, con sus triunfos, es algo más. Los colores, el escudo, el estadio... en definitiva, todos sus símbolos son parte de eso que se puede llamar amor por un club. Pero, como en el amor, para siempre es mucho tiempo, sobre todo en un mundo como el fútbol. No es extraño ver cómo los equipos hacen un ‘lavado de cara’ de sus templos para darles un aspecto más moderno y vanguardista. Sin embargo, algunos estadios corren una mejor suerte que otros.
El Arsenal, que recibirá al PSG en la semifinal de la Champions League, es uno de los que eligió hacer las maletas y mudarse. Actualmente, ‘viven’ en el Emirates Stadium, situado en Hornsey Road, en Londres, a menos de medio kilómetro de Highbury, su antigua mansión.
Dejó de ser su estadio en 2006
Ese estadio fue la residencia de los gunners desde 1913. Pero, a comienzos del siglo, en 2006, el mítico recinto cambió los aficionados por vecinos. El proyecto Highbury Square, es decir, 650 viviendas de lujo, se levantó sobre los escombros del estadio. No obstante, la relación con el club nunca se terminó de romper, jugadores como Robert Pires quisieron hacerse con uno de los apartamentos del bloque, hasta el club actuó como promotor.
Ya solo queda el recuerdo de lo que fue. Pero los que pasean cerca de Highbury aún pueden ver los resquicios de la fachada de la antigua tribuna East Stand. Sus vecinos también pueden vivir el sueño de cualquier aficionado del Arsenal: pisar el césped original. Pese a que ya no corren sus estrellas por él, en el centro del complejo todavía se puede disfrutar del verde por el que corrieron David O’Leary, Thierry Henry o Dennis Bergkamp.

Un genio del ladrillo
Toda obra tiene un autor, y, en el caso de Highbury no es otro que Archibald Leitch. Nació en Glasgow en 1865 y de sus manos nacieron algunos de los grandes recintos de acero y hormigón del fútbol británico. Comenzó como diseñador de fábricas, algunas de las cuales dieron a los primeros equipos de fútbol de la historia.
En 1899, el Rangers, el equipo de su infancia, le hizo el encargo que lo cambiaría todo: un estadio a medida. Ibrox Park fue su primera gran obra maestra, aunque también pudo haber sido su tumba, casi, de forma literal. El escocés diseñó un espacio para 80.000 personas, algo jamás visto por aquel entonces. Sin embargo, ni los materiales ni las técnicas fueron las adecuadas y, a los pocos meses de su inauguración, una parte de la grada cedió y provocó la muerte de varios aficionados.

El ‘Desastre de Ibrox’ estuvo a punto de costarle su carrera. No obstante, su pasión por el fútbol le llevó a reconstruir su intento fallido y a mejorar las técnicas que había empleado. Ese tesón fue su clave del éxito. Anfield, Bramall Lane, Craven Cottage, Hillsborough, Old Trafford, Stamford Bridge, Villa Park, White Hart Lane, Highbury... Su nombre está escrito por todo lo largo y ancho de la Premier League. En total, fue el responsable de más de veinte proyectos que recibieron su firma.
Leitch revolucionó el mundo del fútbol desde la barrera. De su cabeza nació el cambio de las rudimentarias estructuras de madera, propias de la época victoriana, a una mezcla de ladrillo, acero y hormigón. Ese cambio de materiales le permitió responder a lo que el fútbol demandaba: megaestadios.
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