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BARCELONA

La peligrosa deriva del Barça

Europa trae malos recuerdos recientes. Según BeSoccer Pro, suma un 46,7% de derrotas en sus últimos partidos. En riesgo de igualar un punto negro de su historia.

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La peligrosa deriva del Barça

Roma, Liverpool, Lisboa... Distintos motivos las convierten en tres de las ciudades más atractivas de Europa para los visitantes de todas partes del mundo, pero para el aficionado culé traen recuerdos recientes y no precisamente buenos.

Después de un ciclo de cierta hegemonía en el fútbol continental ganando en 2006, 2009, 2011 y 2013 además de cuatro veces semifinalista, el Barcelona lleva una travesía por el desierto aún más difícil de encajar por el éxito que se vive al otro lado del puente aéreo con el Real Madrid pasando de 9 a 14 Champions entre 2014 y 2022. En busca de romper este ciclo, el Barcelona ha elaborado una notable reforma de plantilla. Tras no poder aprovechar los últimos años de Messi en Barcelona, el club catalán ha apostado por un bloque con Lewandowski como estrella y jóvenes talentos para regresar a lo más alto.

Estos pelean contra el dominio blanco, los nuevos y viejos gigantes (PSG, City, Chelsea, Bayern, Liverpool) y también con su propia deriva dada de las últimas ediciones. Según los cálculos elaborados por BeSoccer, el Barça acumula un peligroso porcentaje de derrotas del 46,7% en sus últimos partidos en la Liga de Campeones. Lejos de los favoritos y exactamente igual que el Oporto, el Salzburgo, el Shakhtar, la Roma o el Sporting de Portugal. Equipos para los que los octavos suelen ser más premio al buen trabajo realizado que una obligación como sucede en Barcelona.

El contexto que tienen que volcar es aún más complicado. El Barcelona corre el riesgo de repetir una salida en fase de grupos (sucedió hace veinte años, cuando había dos liguillas antes de las eliminatorias) y no estar presente en unas eliminatorias en las que no avanza de octavos desde la 19-20, en la que pasó en la única eliminatoria a doble partido de esa edición ante el Nápoles. En cuartos, vivió una verdadera tragedia ante el Bayern con el famoso 2-8 en unas eliminatorias a partido único disputadas en Lisboa a causa de la pandemia.

Lewandowski, ahora estrella del Barcelona, fue un de sus verdugos en el 2-8
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Lewandowski, ahora estrella del Barcelona, fue un de sus verdugos en el 2-8PoolGetty Images

Son numerosas las espinas que sacar para un equipo que no alza la Orejona desde 2015, sellando un segundo triplete histórico, y que no conoce las semifinales desde 2019, donde rozaban la final en Madrid, pero todo se torció en Anfield cayendo por 4-0 ante el Liverpool. Previamente, hubo salidas sin título ante Juventus, Atlético y la primera de las noches agónicas en Roma.

La última vez en una eliminatoria no fue menos agradable. Entre las distintas maneras de salir, el Barcelona volvió a sufrir la peor en sus carnes. El PSG se impuso en el Camp Nou por 1-4 con un hat-trick de Kylian Mbappé en una de las grandes noches europeas del francés. Messi, ahora su compañero, abrió el marcador desde los once metros, pero duró poco la alegría en el gigantesco templo culé, vacío a causa de la pandemia.

Messi y Mbappé durante la última eliminatoria del Barcelona en el Camp Nou.
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Messi y Mbappé durante la última eliminatoria del Barcelona en el Camp Nou. Alex Caparros - UEFAUEFA via Getty Images

Las derrotas frente a Bayern e Inter de Milán complican de nuevo la tarea para este nuevo proyecto del Barcelona que lucha contra sus rivales presentes, pero también contra la historia más reciente. Esta pesa más aún teniendo en cuenta el último viaje a Europa League que se presentó como una buena oportunidad y terminó con una noche aciaga donde el Eintracht y su afición tiñó de blanco el Camp Nou antes de coronarse.

El próximo partido ante el Inter se presenta como una segunda final en la que demostrar que este nuevo Barça ha cambiado y puede volver a resolver con éxito en los peores escenarios posibles. La visita de los italianos y la del Bayern son dos buenas oportunidades para empezar a matar los viejos fantasmas y enderezar una dura travesía por Europa. Los octavos de final serán la primera piedra, que está costando poner.