Raphinha no depende de Dembélé
Los técnicos consideran a los dos jugadores complementarios para reforzar la plantilla, según ha podido saber AS. Quien podría ver peligrar su continuidad si renueva Ousmane es Adama.
El fichaje del delantero brasileño, Raphinha, sigue muy vivo. Según ha podido saber AS, la llegada del extremo del Leeds no estaría en peligro si finalmente renueva Ousmane Dembélé: los técnicos consideran a ambos jugadores compatibles y hasta necesarios para contar con una plantilla amplia y equilibrada. De hecho, si finalmente el extremo francés aceptara la propuesta blaugrana para seguir en el club, quien podría ver cercenada sus opciones para seguir sería Adama Traoré.
Y es que en el club se sigue valorando a Raphinha como una opción muy factible para reforzar la banda derecha, siempre y cuando el Leeds rebaje sus pretensiones económicas, ya que en ningún caso se van a pagar los 50 millones que piden por el jugador. De hecho, en el club blaugrana confían en la posibilidad de incluir a algún jugador en la operación para compensar esa cifra, como Óscar Mingueza, Sergiño Dest o incluso Clement Lenglet.
Raphinha, de 25 años, se considera, por parte de los técnicos, como un talento de "grandísima proyección" y que se adaptaría "perfectamente" al estilo de juego blaugrana gracias a su verticalidad y capacidad de desequilibrio. Además, el hecho de que su agente sea Deco, una persona muy cercana al presidente Joan Laporta, no es algo baladí y podría acabar facilitando su llegada al club blaugrana.
Quien quedaría en una situación más precaria en el caso que Dembélé aceptara la renovación sería, según ha podido confirmar este diario, el canterano Adama Traoré, cedido estos seis meses del Wolverhampton. En ningún caso se ejecutaría la cláusula de compra de 24 millones de euros, sobre todo porque el jugador acaba contrato en el 2023, por lo que si el club inglés no acepta un trueque con Francisco Trincao, jugador del Barcelona cedido a los 'Wolves', se presume muy complicada la continuidad de Adama. También está la cuestión del 'fair play' financiero: si bien el joven extremo aceptó una ficha muy baja en estos primeros seis meses, a partir de la próxima temporada los baremos serían presuntamente más altos, dificultando su encaje salarial.