Salvados por la campana
Salvados por la campana

LLEIDA ESPORTIU

Salvados por la campana

Un nuevo propietario sortea la desaparición del Lleida Esportiu. La plantilla malvive, el Camp d'Esports presenta un aspecto deplorable y el Ayuntamiento había dicho basta. AS ha charlado con los protagonistas de una drama que ha dado un giro de guion hasta presumir un final feliz.

"Lo estamos dando todo ahora, porque es el momento de la verdad". Son seguramente las palabras que mejor engloban la situación del Lleida Esportiu, salvado al borde del desahucio que debía aprobar por unanimidad el Ayuntamiento y sobre la campana de la desaparición. Y las pronuncia a AS precisamente el artífice de ese rescate, que se materializaba el miércoles, tal como había avanzado este periódico. Se trata del empresario Luis Pereira, que se convertirá en el nuevo propietario del club que actualmente milita en Segunda RFEF.

Toni Vicente, capitán.
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Toni Vicente, capitán.

"La situación ha llegado al límite", admite Toni Vicente, el capitán de una plantilla que a día de hoy solo cuenta con 14 fichas federativas, el mínimo que exige la Federación Española para competir, y que para colmo afronta el próximo partido con tres casos de COVID-19 y dos lesionados. Un contratiempo insalvable para cualquier otro club, pero solo la punta del iceberg para este Lleida Esportiu constituido en 2011, tras la disolución del histórico Unió Esportiva Lleida, que llegó a competir en Primera. Impagos, denuncias, registros de la Guardia Civil, reprobación por parte del consistorio, salida de jugadores emblemáticos como Quim Araujo o Víctor Vidal, quien llevaba desde los cuatro años en el club… Y la ocultación de sus hasta ahora propietarios, los hermanos Jordi y Albert Esteve, quienes no han respondido a la invitación para participar en este reportaje.

"Hace años que el club tiene problemas, porque ya entró en deudas con la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, y paramos las subvenciones", advierte el concejal de Deportes del Ayuntamiento de Lleida, Ignasi Amor. "Está dando una mala imagen de una ciudad que tiene un equipo de baloncesto que puede pelear por subir a la ACB, otro de fútbol femenino que está en Segunda, o el de hockey patines, que va tercero en la OK Liga", enumera.

Jugadores rozando la indigencia

Asienten los jugadores cuando se les pregunta por todos esos problemas. "A peor no podemos ir", sostiene otro de los capitanes, Roger Figueras, lesionado pero dispuesto a forzar este domingo frente al Badalona en caso de que el entrenador, el ex del Barcelona Gabri García, no cubra el mínimo de fichas. "Sabemos cómo es el fútbol modesto, que los clubes tienen dificultades, pero aquí ha habido también cuestiones ajenas al dinero, como que no hayan querido darnos nuestros propios contratos. Por eso, porque las palabras no concordaban con los hechos, desde inicios de temporada no existía la comunicación con el club", acota Vicente.

"La tónica predominante entre los jugadores es haber cobrado dos mensualidades", explica, y apunta que "algunos no pueden pagar el alquiler y han tenido que pedir ayuda". Es el caso de Abdoulaye Fall, el único de la actual plantilla que no ha percibido un solo euro de esta temporada y al que amigos han tenido que prestar dinero y comprar ropa y comida. Y, para colmo, un incomprensible fallo burocrático del club no le ha permitido jugar aún en todo el curso.

"No podemos dar ni tres pases"

Pero el problema más urgente está en el césped donde debe jugarse este domingo. El estado del Camp d'Esports, al que AS pudo acceder, es deplorable. Un estadio que ha brillado en Primera División presenta ahora un terreno de juego propio de un barrizal, banquillos rotos y llenos de botellines, una grada repleta de excrementos de la multitud de palomas que han anidado en la cubierta… Hace jornadas que no hay seguridad, ni megafonía. Y lo mismo en el anexo, donde se entrenan. "No podemos dar ni tres pases", denuncia Figueras. "Hay que limpiar el campo, acondicionar el césped y preparar la logística a contrarreloj para el fin de semana. En los últimos tiempos era el desierto del Sáhara", asevera Pereira.

Parece que va a por faena el nuevo propietario, quien nada más oficializarse el cambio de manos del club, este miércoles, liberaba una parte de las deudas con los jugadores, que entre los actuales y lo de la pasada campaña supera los 250.000 euros. "Lo siguiente que tenemos que intentar hacer es fichar, porque la plantilla anda muy justa a nivel de número", advierte.

Quién es Pereira

Luis Pereira.
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Luis Pereira.

¿Y de dónde sale Pereira? se trata de un empresario gallego que entre España y Suiza cuenta con ocho empresas de diversa índole –desde el sector inmobiliario a la alimentación–, que ya trató de adquirir el Sporting de Gijón y el Córdoba, y que jugó en el Lleida en el ejercicio 1980-81. "Me interesé a raíz de la potencial desaparición del club y al ver después que la situación es muchísimo más grave de lo que se anuncia. Si no entrábamos, todo el mundo perdía", sentencia.

Más allá del césped, de que el Lleida Esportiu-Badalona se juegue en condiciones, el futuro del Camp d'Esports pasa por un nuevo convenio. Así lo considera el concejal de Deportes, a las puertas de un viernes en que sobre el papel el pleno del Ayuntamiento iba a votar por unanimidad que se rescindiera el actual, que data de 2017, y que en la práctica dejaría al club fuera del estadio.

Un Camp d'Esports compartido

"El Camp d'Esports es la joya de la corona deportiva de Lleida", asegura Ignasi Amor, quien no vería con malos ojos que a partir de ahora tuviera no uno sino dos inquilinos. "Creemos que dos proyectos pueden coincidir, que sirva para cuatro partidos al mes, y valorando que los costes se pueden compartir entre ambos", apunta. Y ahí es donde puede entrar en acción otro actor, como el Club Esportiu Atlètic Lleida.

Los jugadores, ejercitándose en el anexo al Camp d'Esports.
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Los jugadores, ejercitándose en el anexo al Camp d'Esports.

Fundado en 2019, y con sede hasta ahora a unos 20 kilómetros del Camp d'Esports, en Almacelles, barajan la opción de realizar una ampliación de capital y trasladarse al estadio en caso de ascender esta temporada de Primera Catalana, donde marchan líderes, a Tercera RFEF. Incluso aspiraban a ser el primer club de la ciudad si desaparecía el Lleida Esportiu, al que muchos directivos estaban ligados pasional y profesionalmente –ponían publicidad y hasta, en el caso de Marc Cerón, llegó a sufragar un chárter en el playoff de ascenso de 2016– antes de la entrada de los Esteve.

"El objetivo normal sería estar en Segunda División"

Gabri, entrenador del Lleida.
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Gabri, entrenador del Lleida.

Con los hermanos que han puesto al club al borde del precipicio fuera de la ecuación, repiten los capitanes la palabra "esperanza". "El pasado domingo, Pereira nos invitó a desayunar y nos dio un mensaje de ánimo, de unión. A mí al menos me transmitió confianza y optimismo", subraya Vicente. Y el nuevo propietario devuelve con creces la papeleta: "La plantilla actual tiene calidad, juega muy bien e interpreta de maravilla el fútbol".

"No es que haya que subir este año –a pesar de todas las adversidades, se encuentran increíblemente a solo cuatro puntos de la promoción de ascenso a Primera RFEF–, pero sí pondremos todo de nuestra parte para no poder reprocharnos nada", sostiene Pereira, quien culmina con una afirmación que deja a las claras que se quiere convertir no solo en el salvador del Lleida Esportiu, sino mucho más: "Tenemos una hoja de ruta; y, en relación con la ciudad, el estadio o la historia, el objetivo normal sería estar en Segunda División".

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