En manos de Luuk de Jong

La nueva era del Barcelona que anunció Xavi Hernández después de la derrota en Múnich que enviaba al equipo culé a la Europa League empieza este domingo en Pamplona en un partido clave de Liga ante Osasuna, en el que el técnico blaugrana puede verse obligado a echar mano de uno de los jugadores que menos ha utilizado desde que se hizo cargo del banquillo: Luuk de Jong.

La lesión de Memphis Depay, que se une a las bajas de Agüero, Ansu Fati y Braithwaite, dejan al delantero cedido por el Sevilla como única opción de delantero centro. Que la nueva era quede en manos de Luuk de Jong, a no ser que Xavi dibuje un sistema sin delantero centro, no deja de ser una paradoja.

Luuk de Jong llegó al Barcelona el último día de mercado cuando Griezmann partió al Atlético de Madrid como cedido por el Sevilla por petición de Ronald Koeman, que lo utilizó regularmente de inicio, pero que cayó en el ostracismo desde antes del cese del técnico holandés.

De Jong ha jugado 19 minutos desde el 24 de octubre en diez partidos disputados, es decir, ni dos minutos por partido desde que jugó 45 minutos en la victoria blaugrana ante el Dinamo de Kiev en el Camp Nou.

Ocho minutos. De hecho, desde su llegada, Xavi ha señalado a Luuk de Jong como un jugador susceptible de salir en el mercado de invierno ya que sólo le hizo jugar los últimos ocho minutos del partido ante el Betis para tratar de empatar un duelo que se escapaba. No obstante, ahora Luuk aparece como la única tabla de salvación en ataque.

Con un sistema innegociable de extremos, el Barcelona está sin embargo huérfano de un rematador, como lo prueban sus paupérrimos números en ataque. En Pamplona, lo más probable es que Xavi pueda jugar de inicio con sus dos extremos favoritos: Dembélé y Abde,pero faltaría una referencia en ataque. Guste o no guste, el único que hay es Luuk de Jong.

A no ser que Xavi siga sin confiar en el delantero holandés y organice un sistema de juego con un falso delantero centro. Un sistema similar al que utilizó Ronald Koeman la temporada pasada, en el que Dembélé jugaba como falso delantero centro. Un esquema que funcionó en Sevilla en un partido clave para el Barcelona y que también utilizó en París en el partido de vuelta ante el PSG, pero con menos suerte porque el extremo francés reconvertido en ariete marró todas las ocasiones que tuvo.

Así que no queda otra que decidir si la nueva era empieza con un De Jong desahuciado o bien se inventa alguna alternativa ante las lesiones que asolan, desde ahora y hasta por lo menos el próximo año la delantera blaugrana.

Las gestiones del Barcelona para reforzar el ataque se están acelerando de cara al mercado de invierno porque Joan Laporta le prometió a Xavi Hernández al menos dos refuerzos en posiciones de ataque de cara al mercado invernal.

El Barcelona tiene un problema gigantesco con el gol. En dos temporadas, el equipo ha perdido casi cien goles con la marcha de Luis Suárez, Leo Messi y Griezmann, mientras que sólo han llegado Memphis y De Jong.