DEPORTIVO 3- VALLADOLID PROMESAS 0
Pegada de líder
Un doblete de Quiles y otro gol de Mario Soriano tumban a un Valladolid Promesas atrevido pero ingenuo atrás. El Depor cerrará 2021 como líder en solitario.
Regresaba el Depor a Riazor tras dos empates consecutivos y ciertos problemas ofensivos con la misión de mantener su ventaja en el liderato y disipar dudas. No lo hizo en exceso en el juego, pero sí en una pegada demoledora que sacó a relucir el mayor defecto del Valladolid Promesas: su fragilidad defensiva. Un doblete de Quiles al inicio de cada tiempo y el primer tanto de la temporada de Mario Soriano destrozaron al filial pucelano, que desprende buenas sensaciones y atrevimiento, pero al que le falta todavía cuajo. El triunfo llena de buenas noticias las alforjas blanquiazules. Nueve jornadas consecutivas sin perder; once porterías a cero; quince partidos seguidos en Riazor sin conocer la derrota; y tres puntos para garantizar que el equipo coruñés va a cerrar 2021 como líder en solitario pase lo que pase en el último partido del año en la visita a la Cultural Leonesa.
Sorprendió de inicio Borja Jiménez cambiando el sistema y poniendo en el campo por primera vez en la temporada en el once a su tridente de delanteros: Quiles, Miku y Noel. Y el Big Three del Deportivo tardó poco más de cinco minutos en hacer saltar la banca. Penetración de Miku en conducción con pase al área, Noel arrastra al defensa y en el segundo palo aparece Quiles solo para marcar el 1-0 con la zurda. Contundencia y clase a las primeras de cambio. Tampoco se equivocó el técnico al pronosticar en la previa un partido abierto. Porque el gol no amilanó al Valladolid, más bien lo motivó en su descaro con el peligro rondando de área a área y un Depor al que, por momentos, le tocaba correr detrás del balón. Pero minuto a minuto el partido se fue apagando, sobre todo porque los locales, con ventaja en el marcador, ya no querían tanta ida y vuelta. De hecho, el último remate realmente peligroso antes del descanso fue en el 16’ con un buen cabezazo de Miku tras un córner que despejó Casado. Gol local, juego más fluido visitante con un Depor atascado, pero que casi no sufría.
La pérdida del control en el segundo tramo del primer acto hizo que Borja Jiménez sentase a uno de sus tres delanteros, Noel, para dar entrada a Soriano en la mediapunta. Otra vez, las mejores sensaciones eran pucelanas, pero de nuevo la pegada fue coruñesa. Centro de Héctor, cabezado de Miku y Quiles, con puro instinto de goleador, desvía la trayectoria para dejar sentado a Casado. El segundo tanto sí hizo daño a un Valladolid Promesas tan valiente como ingenuo atrás. Algo que quedó más que patente con el tercero de la tarde, tras un saque de esquina raso que Mario Soriano fusiló con un contundente derechazo. Demasiados golpes para los de Julio Baptista, que se libraron del cuarto por el palo y un ‘despeje’ de Quiles cuando Miku ya cantaba su gol. Incluso para que no faltase de nada los coruñeses pidieron un penalti por manos que lo pareció, pero eso no cambió porque una jornada más se marchó a la ducha sin saber lo que es que le piten una pena máxima a favor.