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ATHLETIC

Marcelino se queda sin victorias

El asturiano es el técnico con peor porcentaje de triunfos de la historia del Athletic contando 30 jornadas o más. Sólo se impone en una de cada cuatro. Los empates le lastran.

Actualizado a
Marcelino, en el Bernabéu

El Athletic se ha atascado. Lleva seis partidos sin ganar, con cuatro empates y dos derrotas (cuatro puntos de los últimos 18 y casi mes y medio sin sumar tres de golpe) y, aunque ha cuajado veladas impecables, como ante el Espanyol y ayer frente al Real Madrid, muy sólido atrás y llegando a puerta un montón de veces, se está alejando del objetivo de la Europa League. Inquieta la falta de gol, y, en caso de no lograr el billete continental, la economía se seguiría viendo en serios aprietos. Esta es la segunda Liga con menos goles de los rojiblancos (13), al nivel de la 2014-15, solo por delante de los 10 de la 84-85.

Los leones empiezan a verse en tierra de nadie, con ocho puntos por encima del descenso y a siete de la quinta plaza y a cuatro de la sexta. Los empates irritan a Marcelino sobremanera y están siendo el lastre del grupo en la etapa de aquel en Bilbao. En los 36 partidos de Liga que lleva en el Athletic, suma tan solo 9 victorias, la misma cantidad que las derrotas, y arrastra 18 igualadas. Por tanto, ya ha pasado a Stepanovic en el preocupante cuadro de ser el entrenador del Athletic con peor porcentaje de la historia del club con al menos 30 partidos celebrados. El asturiano solo se impone en una de cada cuatro jornadas (25 por ciento) y Stepi tenía un 25,8 por ciento.

La situación es muy parecida a la del segundo año de García Toral en el Valencia, la 2018-19, el que derivó en el título de Copa ante el Barça, con ocho empates. Las sensaciones por entonces, eso sí, eran diferentes, el equipo che tenía más juego y daba la impresión de que tarde o temprano empezaría el despegue. La cosa fue a más: en la jornada 19, ya tenían 11 igualadas y el mismo número de victorias y derrotas: cuatro. El curso acabó con 16 empates. García Toral se revolvió en febrero: "Estoy hasta las narices de los empates". Hace una semana ya matizó: "Me cabrean profundamente los uno a uno, porque implican que algo se ha hecho mal. Si es a cero, al menos sabes que en una parte del campo has estado bien".