La grandeza espera en Milán

Hay momentos en la vida, y el fútbol no es otra cosa que una forma de vida, en que una decisión lo cambia todo. Quién sabe si España no está ante uno de ellos, esa cita que aguarda esta noche en San Siro con el título de campeón de la Nations League como el bien más preciado. Francia es el rival y eso añade brillo al compromiso (sigue el partido en directo en AS.com). Se trata de la vigente campeona del mundo, de un cóctel de estrellas con Griezmann, Benzema y Mbappé como envidiable tridente ofensivo, de un equipo capaz de remontar un 0-2 ante Bélgica como quien da la vuelta a un calcetín. Por todo ello, el de hoy es el duelo idóneo para que La Roja aparque las dudas de años pasados y reivindique su pedigrí rumbo a ese Mundial que nos espera en apenas un año.

El partido se nos presenta como el pulso entre un bloque y unas estrellas, un dilema clásico desde que el fútbol es fútbol. Aquello de que a buena parte de los internacionales españoles no los reconocería el ciudadano que camina por la Gran Vía (o por la calle Larios o el Paseo de Pereda) nos conduce a la fortaleza del bloque. También contribuye a ello el extraordinario juego coral que hace cuatro días sirvió para tumbar a Italia, vigente campeona de Europa y que ejercía de local en esta Final a Cuatro. Pero olvidar el talento de quienes forman ese todo, con esa ilusionante juventud de Gavi, Pino o Ferran, sería prácticamente como menospreciar el engranaje que Deschamps ha logrado en Francia y que fue determinante en el Mundial ganado en Rusia en 2018.

Es innegable que Mbappé acapara el protagonismo de les bleus, que esta noche no contarán con Rabiot debido a su positivo por coronavirus. Tchouaméni, del Mónaco, que ya suplió al de la Juventus en la segunda parte del partido ante Bélgica, apunta como su recambio en el centro del campo, la zona que está llamada a marcar el devenir del encuentro. Deschamps sabe que la pelota será de España, lo dice con toda la naturalidad del mundo cada vez que tiene un micrófono cerca. "Es imposible privar a España del balón. Está en su ADN tener la mayoría de la posesión. Pueden presionar, pero no de cualquier manera. Son capaces de sacar el balón incluso bajo presión", asume el de Bayona.

Kylian Mbappe

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Si la voz la lleva España, la voz la llevará entonces Busquets, quien ante Italia igualó en internacionalidades a Iniesta (131 partidos), lo que le sitúa cuarto en el ranking histórico de la Selección. A tenor de lo visto en semifinales, Koke y Gavi deberían completar la media de La Roja. Por detrás de todos ellos estará Aymeric Laporte, que aporta la cayena al duelo pues se enfrenta a la que era su selección y al técnico que no le dio minutos en ella. Pau Torres será, probablemente, quien complete la pareja de centrales, aunque no es descartable la presencia de Iñigo Martínez habida cuenta de la exigencia física que plantea el rival. Esa será una de las dudas para saber si Luis Enrique repite un once por primera vez desde que llegó al cargo. España no se ejercitó ayer en San Siro, donde ya jugó el miércoles ante Italia, sino en las instalaciones de Interello. Ferran Torres se ausentó de la sesión debido al fuerte golpe sufrido en el empeine del pie derecho en las semifinales. "El pie está yendo muy bien, lo estamos protegiendo un poco y por eso no me he entrenado hoy ni ayer. Mañana me probaré en el calentamiento y viendo las sensaciones, decidiremos", confesaba el del City.

Ilusión le sobra a él y a quienes comparten sueño en ese equipo que modela Luis Enrique. "Llegar a una final y conquistar un título con la Selección es una experiencia que la mayoría desconocemos. Volver a recuperar esos aires de victoria sería muy positivo para todos", reconoce el asturiano. Esos aires nos devuelven a 2008, a 2010, a ese 2012 que supone nuestro último gran éxito, el trofeo que cerró una trilogía que convirtió a nuestro fútbol en la envidia del planeta. A ese prado verde y feliz quiere volver España. Francia mediante.