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BARCELONA

El desconsuelo de Messi

El argentino se despide del Barça entre lágrimas sin casi poder articular palabra y recalcando que "hice lo imposible por quedarme, siempre fui de cara y dije la verdad".

Actualizado a
Messi llora durante su comparecencia.
AFP7 vía Europa Press

Leo Messi ya es historia del Barcelona. La salida del argentino estuvo a la altura de lo que siempre ha hecho en el campo vestido de corto. Acostumbrado a resolver las situaciones más complicadas, Messi volvió a arreglar una salida que nadie acaba de comprender muy bien. Siguen las dudas sobre en quién recae la responsabilidad última de su marcha, pero lo que está claro es que su salida fue, en lo que le atañe a él personalmente, impecable, emocionante y digna de ser recordada.

Después de escuchar a Messi no queda duda alguna de que no se quería ir; su escena rompiendo a llorar nada más salir al estrado, la claridad con la que dijo que él había hecho "todo lo posible y lo imposible" para seguir en el Barça, que fue el club el que vio la imposibilidad de darle continuidad ante las normas que imponía LaLiga no dejan lugar a certificar que si alguien sale de aquí con todos los honores es él. Otros quizás no puedan decir lo mismo.

A las 10,30 horas, una hora y media antes de la anunciada comparecencia de Messi, cerca de cincuenta aficionados del Barça se agolpaban en la verja que separaba la explanada del estadio con el Auditori 1899. Querían darle su último adiós a Messi o, al menos verlo en directo, pero empleados de seguridad del club les hicieron retirarse de esa zona. Se querían evitar actos de máxima emotividad o de ira contra alguien. Se concentraron a la entrada del Camp Nou. La multitud crecía exponencialmente obligando a poner vallas en la calle Arístides Maillol.

Con quince minutos de retraso sobre el horario previsto se abrieron las puertas del Auditori para que entrara la ingente prensa que aguardaba para cubrir el acto. Entrada lenta porque había que confirmar que se estaba al completo de la dosis de vacunación y enseñar el certificado pertinente. En la sala, la brutalidad de trofeos que ha ganado el argentino con el Barça (con la destacada ausencia de los Balones de Oro) presidía la escena enfrente de la zona destinada a la plantilla. Ronald Koeman y el delegado Carles Naval, otro mito que abandonará la entidad a final de curso, fueron los primeros en llegar mientras un ejército de personal de protocolo, prensa, relaciones externas y presidencia trataban de organizar el caos.

Los ya ex compañeros de Messi aguardaron el inicio de acto hablando en corrillo fuera del Auditori. Una imagen que recordaba dolorosamente a la que se produce en los tanatorios antes de que empiece el funeral. Caras de circunstancias, alguien que suelta un chiste para liberar la tensión, saludos afectuosos…mientras, en la sala, a diez minutos de la hora del Ángelus, Carlos Naval, absolutamente solo, admiraba la colección de copas. Estuvo un buen rato. Parecía que repasaba mentalmente esos momentos de gloria que estaban a punto de pasar a los libros de historia y a las historietas que dentro de muchos años, los abuelos explicarán a sus nietos.

Justo antes de que compareciera el astro, hizo entrada su esposa con sus hijos. Al sentarse, lo primero que hizo fue pedir unos pañuelos de papel, los usó para dárselos a un Leo desconsolado que salió al escenario y no pudo ni articular palabra. Y cuando lo hizo, fue demoledor y emocionante:

"No sé si voy a poder hablar. pensaba qué podía decir y no me salía nada, estoy mosqueado como estoy. Es muy difícil esto para mí, tras toda mi vida acá. Cuando se armó el lio del burofax estaba convencido, pero este año no. Este año estaba seguro de que iba a seguir acá. Es lo que más quería. Sobrepuse el bienestar nuestro, estar en nuestra casa en esta ciudad maravillosa, pero me toca despedirme de esto. Toda mi vida acá, llegué siendo chiquito con 13 años y ahora me voy con mi mujer y tres catalanes argentinos. No puedo estar más orgulloso. Estaré unos años fuera, pero volveré. Se lo prometí a mis hijos. Agradecer a los compañeros, al club y a sus valores, que son la humildad y el respeto. Pasé muchas cosas hermosas aquí. Lo di todo por esta camiseta desde el primer día. Agradecer el cariño de la gente, nunca imaginé mi despedida. Acaso con gente en el campo, con una última ovación, les extrañe mucho cuando no podíamos jugar con público, festejar un gol. Si lo imaginé, era con el estadio lleno, coreando mi nombre. Siempre sentí su cariño, reconocimiento y amor y ojalá pueda volver en algún momento para ser parte de este club".

Ahí se desató la ovación que hasta ese momento no había tenido en el campo. Con el auditorio puesto de pie, dos minutos que provocaron un nuevo mar de lágrimas.

En el turno de preguntas, Leo, ya más tranquilo aportó algunas claves de su salida.

Confirmó que "Laporta me dijo que estaba todo arreglado y luego por el tema de LaLiga se rompió. no se pudo hacer. No sé si hicieron todo lo posible, yo sí que lo tengo claro. Hice lo posible y lo imposible para quedarme. Se dijeron muchas cosas que no son ciertas, escuché muchas cosas. Hice lo imposible, el año pasado no quería y lo dije, ahora quería y no se pudo. Me había bajado el sueldo un 50 por ciento el sueldo, el resto es mentira".

Messi reconoció que no se siente "engañado por nadie, sólo decepcionado. No se pudo cerrar el contrato por la Liga. Pero a Tebas no tengo nada que decirle, nunca le dije nada, las veces que me lo crucé nos saludamos normalmente y punto. No tengo ningún problema con él".

Que se haya tirado la toalla cuando aún faltan más de 20 días para el cierre del mercado, que era otra de las grandes incógnitas de este caso, también encontró respuesta en boca de Messi: "El plazo lo fijó el presidente, el club tenía una deuda muy grande y para qué tirarlo más si parece imposible y yo tengo también que pensar en mi carrera".

Una carrera que seguramente seguirá en el PSG, "equipo con el que hay conversaciones, pero no hay nada cerrado porque hubieron muchas llamadas cuando salió el comunicado".

Así acaba, de momento, porque aseguró Leo que regresará para un homenaje y para ayudar en un futuro, la historia de Messi en el Barça. El propio Leo reconoció que este es el momento más duro de su carrera, más que cualquier derrota, porque "estas tenían opción de revancha, ahora ésta no vuelve". El desconsuelo era total.