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ALMERÍA

¿Y si sí?

El Almería busca mañana una remontada histórica ante un Girona que ya fue el verdugo el curso pasado con el recuerdo de gestas que también parecían imposibles.

Actualizado a
¿Y si sí?
Juan Manuel Serrano ArceGetty Images

Cuando Carlos Pita batió a René desde el punto de penalti en esa taquicárdica noche lucense y el Almería estaba en Segunda División B, pocos de los 300 aficionados que se recorrieron los 1.041 kilómetros que separan el Anxo Carro y el Mediterráneo podían imaginarse que su equipo iba a acabar salvándose a pesar de ser incapaz de vencer. Incluso en los momentos más álgidos de la historia del club creer no era el verbo que más se practicaba. Un debut en la máxima categoría venciendo 0-3 en Riazor era impensable, así como otros resultados de esa temporada, como ese 2-0 al Real Madrid que llegó a la Vega de Acá tras ocho jornadas consecutivas ganando y diez invictas.

Mañana (21:00 horas) el público vuelve al Estadio de los Juegos Mediterráneos (sin contar los 240 espectadores en un Almería B-Antequera). Y lo hace consciente de que los suyos han dejado muchas lagunas en su juego en los últimos meses, incluidos fallos defensivos impropios de un equipo que aspira a ascender a Primera División y que tres días antes hizo uno de sus mayores ridículos en la historia reciente del club. Pero los 1.500 aficionados que asistan también irán con la ilusión de vivir una noche mágica en la que su Almería haga un gol pronto y voltee el 3-0 endosado por el Girona del que fuese uno de los ídolos de la hinchada indálica.

Cuando en junio de 2002 después el Almería estaba en el sorteo de la liguilla de ascenso a Segunda y le tocó en el grupo del Real Madrid B de Luis García, Valdo o Portillo también parecía un milagro meterle cuatro en el Juan Rojas con una de las mayores exhibiciones vistas en tierras almerienses. El fútbol profesional en ese estadio era la particular Champions para un Almería para el que la Primera División era algo más que un milagro. Ser el octavo mejor equipo de España era una utopía cuando el 3 de septiembre de 1989 echó a andar en Regional Preferente en Garrucha (0-2).

De hecho, los almerienses ya saben lo que es endosarle un 3-0 al Girona en una promoción para certificar un ascenso que parecía un milagro tras la imagen dada en la Nueva Condomina dos meses antes. Ese resultado serviría para pasar a una final, que, en el caso de acceder, lo haría con un increíble estado de ánimo. La afición rojiblanca regresará mañana al Estadio de los Juegos Mediterráneos 455 días después. El último partido que pudo ver en vivo fue un 4-0 al Depor, resultado que también serviría hoy. Con sus innumerables fallos, la plantilla indálica tiene al fin y al cabo argumentos para una empresa como la que hace falta esta noche. Porque ¿y si sí?