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BARCELONA

El Barça se diseca

El club azulgrana arrastra tres temporadas con el mismo final triste, las mismas dudas sobre sus vacas sagradas, y sin dinero ni coraje para renovar definitivamente la plantilla.

Actualizado a
Messi, Piqué, Jordi Alba y Sergi Roberto, en un entrenamiento.
JOSEP LAGOAFP

A finales de mayo de 2021, la fotografía del Barça es casi exactamente la misma que en 2020..., y muy parecida a la de 2019. Un equipo perdedor que en Liverpool tuvo un Waterloo a la altura de las circunstancias que venía apuntando desde París, Turín y Roma, pero que 'engañó' con la Copa de 2017, después de un triplete y un doblete; y con el doblete de 2018 (el 5-0 del Sevilla apagó el incendio de Roma) y LaLiga de 2019, que sin embargo ya sí quedó manchada por el 4-0 de Anfield y la final de Sevilla.

Después de Liverpool (4-0), todo se torció. Este curso sólo se ha salvado por la Copa ganada en La Cartuja ante el Athletic, que luego ha perdido fuerza como la gaseosa. Koeman inyectó un nuevo aire a la plantilla, pero no pasó de los meses de enero a marzo. El Barça se ha vuelto a caer. Y, finalmente, y aunque alguno haya tenido una temporada decente, en la foto del Barça siguen saliendo muchos de los jugadores que estuvieron en el 2-8 de Lisboa: Ter Stegen, Piqué, Alba, Sergi Roberto, Busquets, Messi... Al Barça ya no le alcanza con estos futbolistas, que al menos este curso han recibido una espectacular ayuda del pujante De Jong y de jóvenes competitivos como Pedri y Ronald Araújo.

La temporada pasada, Bartomeu adoptó las decisiones más fáciles. Sacó del equipo a Semedo, Vidal, Rakitic y hasta a Luis Suárez, seguramente el caso más doloroso. Pero al Barça ya no le alcanza con eso. Necesita más cambios o, al menos, que la clase dirigente del equipo no sea la misma que hace seis años. Koeman dio una clave este domingo después del partido contra el Celta. Habló de la necesidad de una clase dirigente en el equipo de 26-27 años. El Barça se sostiene con la gasolina que le queda a los veteranos y con una camada de jóvenes que han dado cierto aire, pero que son novatos. Necesita refuerzos que compitan y que permitan que el Barça sea un equipo estable, no uno que se descose cada vez que va perdiendo (Real Madrid, Juventus o PSG en el Camp Nou) o que se caiga en las segundas partes (Cádiz, Eibar, Granada, Levante, Celta...). Pero la situación es peliaguda. Las vacas sagradas, a excepción de Messi, tienen contratos largos. Alba y Piqué, hasta 2024. Busquets, hasta 2023...

Y hay algo peor que repetir la foto de 2019 o 2020. Es no saber qué hacer en 2021. A Laporta le toca mover ficha porque el Barça se está disecando.