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Leganés LEG
1
Sergio 31',Omeruo 72'
Ponferradina PNF
1
Sielva 74'
Finalizado

LEGANÉS 1 - PONFERRADINA 1

Harakiri a la pepinera en Butarque

El Leganés protagonizó todo lo bueno y lo malo de un partido en el que mereció golear. Eraso, Arnaiz y Avilés desaprovecharon claras ocasiones. Sielva, tras la roja a Omeruo, puso el 1-1.

Actualizado a

El Leganés se autocondenó a un empate inmerecido en un duelo en el que pretendió ser alfa y omega de todo lo bueno. También de lo malo. Gozaron los pepineros de ocasiones para golear desde el inicio, pero su falta de tino encarnada en las oportunidades marradas de Eraso, Arnáiz y Avilés dio alas a una Ponferradina que evitó la derrota con un golazo de falta de Sielva tras la expulsión de Omeruo cuando quedaban 15 minutos. Antes, Sergio (31’) había abierto el marcador para los locales. El Lega desaprovecha una jornada propicia para amenazar la tercera plaza del Almería mientras la Ponfe sigue la estela de los play-off sin acabar de echarle el diente. Los de Bolo están a seis puntos del Rayo.

Estalló pronto el partido en aullido ahogado. Desesperación silenciada en la inmensidad de la nada. Culpa de Eraso, que malgastó a los tres minutos una ocasión de ésas que luego pasan como películas repetidas en noches de somnolienta condenación. Clara. Clarísima. Fue en una contra armada por Arnáiz y generosamente regalada por Avilés, una de las novedades del once ávido de Garitano, que con tres novedades con respecto al equipo de Cornellá (Silva, Avilés, Pardo) lució ansias de victoria. El navarro sólo tenía que empujarla a puerta vacía, pero se entretuvo controlándola. Adot le robó la cartera, el gol y, de paso, el alma. También a un Leganés que, por la frustración de la ocasión perdida, mudó su piel de ambición a tristeza. De ataque a desesperanza. Bajón hecho fútbol que blindó la confianza de la Ponferradina.

Mejor colocados y más corajudos, los de Bolo elevaron los decibelios de su fútbol para dominar durante cerca de media hora, pero desafinaron al borde del área, donde eran incapaces de encontrar la letra del gol. Yuri tuvo la más clara en un mano a mano a la contra con Riesgo que el meta cerró bien (27’). Sin ángulo, el brasileño la mandó al lateral de la red y clausuró inconsciente el capítulo de llegadas visitantes en la primera mitad.

Desde entonces se impuso el dominio pepinero con ocasiones recurrentes que, como un tsunami de arenas movedizas, arrinconó a la Ponfe en el área de un buen Caro. Silva, Pardo (desde 40 metros), Rubén Pérez o Sergio González avisaron antes de que éste último abriera la lata en un barullo de área tras córner resuelto con picardía futsalera: de puntera para clavarla donde no había espacio (31’). Protestó la Ponfe falta de Silva sobre Adot en el inicio de una acción que Ais Reig consideró legal. El primer acto se cerró con Eraso y Pardo de nuevo rozando el 2-0. No habría sido inmerecido.

Consuelo tenue que se convirtió en maldición repetida tras la reanudación. Amagó primero Valcarce, pero Miguel y Arnáiz respondieron rozando un gol que, en el caso del talaverano (53’), fue un fallo todavía más pornográfico que el de Eraso. Solo, sin portero y en el área pequeña, el ‘10’ amagó con ajustar tanto un remate sencillo que la mandó fuera. Incomprensible por su talento y porque la jugada tenía visos de acción perfecta. En la génesis, Avilés, su presión y desborde convertidos en surtidores de peligro por una banda derecha excitada desde el inicio. El fallo de Arnáiz sumió a su homónima zurda en la depresión por desesperanza.

Garitano lo sustituyó por Brandon casi 20 minutos después para equilibrar la balanza del peligro sin saber que Omeruo se ocuparía de reventarle las intenciones. El central nigeriano se ganó la segunda amarilla por parar una contra clara que dejó al Lega con uno menos. Sielva no desaprovechó la falta (74’) para clavarla en la escuadra e igualar un partido que, por fútbol, merecía ser goleada local. Apenas un minuto antes Avilés había estrellado contra el palo una jugada maradoniana. Belleza antítesis del sufrimiento con el que cerró el Leganés un partido que en el que hizo todo lo bueno. Y también todo lo malo.